Las palabras se quedan sin talento a la hora de decir lo que pasa en el ámbito del corazón. Para decir desde ahí, a veces, hay que simplemente llorar, reír o callar.
Las palabras mienten, nunca dicen la verdad. La vida es la verdad, las palabras son solo símbolos. Signos muertos de seres concretos que necesitan abstracción.
Las palabras, las malditas palabras. Voces mudas, gritos que se ahogan en esta hoja.
Las palabras se quedan sin talento para nombrar ese silencio que te hace ruido bien adentro. Las torpes palabras. Ineficaces para nombrar lo innombrable.
Las palabras se cansan rápido, las perezosas palabras. Ellas no pueden o no quieren trabajar para mí.
Las palabras se quedan sin talento y aun así yo me aferro a ellas con la esperanza, o para usar una palabra menos vaga, con la pretensión, de que en algún momento digan lo que no puedo decir.
Leer es la única manera de volar sin tener alas. Escribir es construir tus propias alas, pluma por pluma. Escribir es destruir el paraíso y construir un infierno a la medida de tus demonios. Las palabras, los silencios, los odios, los miedos, los amores, todo me habla, todo me llama. De eso se trata esto.
sábado, 27 de diciembre de 2014
jueves, 25 de diciembre de 2014
Destruyendo la fábrica de mentes cuadradas.
"donde el ángel aprende a leer y escribir las leyes que prohíben volar"
Enrique Symns
Esa maraña de verdades huecas, de mentiras llenando vacíos.
Discursos de los amos de siempre para formar a los nuevos esclavos.
Pautas para una vida artificial, leyes que prohíben volar.
Maestros que inculcan la repetición y te inyectan el virus del lenguaje.
Ese mal necesario, esa institución que nos permite ser alguien.
Ese alguien que no es un alguien que yo deseo ser, sino alguien impuesto por un montaje que hemos naturalizado.
Somos menos libres de lo que creemos. Estamos presos, enjaulados y simulamos disfrutar de la jaula.
¿Qué se hace? ¿Cómo desmontar la maquinaria de la aniquilación del sujeto?
Para encontrar repuestas primero hay que encontrarse con uno mismo.
Las soluciones llegan cuando solucionas el problema de darte cuenta quien sos.
Como sugerencia: dejar de asumir el papel de la pequeñez y aceptar lo gigante que sos.
Tu singularidad es tu grandeza, no hay nadie igual a vos. Darse cuenta es el gran paso.
viernes, 19 de diciembre de 2014
Algo más que respirar
Aplastar con el pie gigantesco de nuestro ego al humilde corazón atormentado, que las emociones brillen por su ausencia, que el amor esté tirado en un rincón y otras formas de la decadencia.
Dejarse estar es dejarse morir. Y morir es solo respirar. Tal vez es necesario oxigenar tu sangre con la furia de un amor, llenarse los pulmones de emociones, tener el hígado lleno de amigos.
¿Cuan difícil puede resultar ser un animal mas, dejarse llevar por el placer, desatarse de las cadenas de la civilización, escapar de la jaulita de la moral?
No hace falta hablar mucho, a veces las palabras se te salen por los ojos. Son miradas calladitas y punzantes. Ojos llenos de bronca acumulada.
En el discurso cotidiano de nuestro silencio hay sonando millones de recuerdos, nostalgias haciendo latir los días del presente.
Estornudando ilusiones se enferma el corazón. Pero, tal vez también sea el único remedio.
Cantando todos tus silencios se musicalizan tus vacíos. Vivir es algo mas que respirar y seguir patrones de conducta, vivir es que las emociones te atraviesen, que la experiencia de acariciar la aspereza de la vida te acorace el alma, que la efímera felicidad te acaricie justo cuando creías que todo estaba mal y que el mundo se desmoronaba a tus pies.
Dejarse estar es dejarse morir. Y morir es solo respirar. Tal vez es necesario oxigenar tu sangre con la furia de un amor, llenarse los pulmones de emociones, tener el hígado lleno de amigos.
¿Cuan difícil puede resultar ser un animal mas, dejarse llevar por el placer, desatarse de las cadenas de la civilización, escapar de la jaulita de la moral?
No hace falta hablar mucho, a veces las palabras se te salen por los ojos. Son miradas calladitas y punzantes. Ojos llenos de bronca acumulada.
En el discurso cotidiano de nuestro silencio hay sonando millones de recuerdos, nostalgias haciendo latir los días del presente.
Estornudando ilusiones se enferma el corazón. Pero, tal vez también sea el único remedio.
Cantando todos tus silencios se musicalizan tus vacíos. Vivir es algo mas que respirar y seguir patrones de conducta, vivir es que las emociones te atraviesen, que la experiencia de acariciar la aspereza de la vida te acorace el alma, que la efímera felicidad te acaricie justo cuando creías que todo estaba mal y que el mundo se desmoronaba a tus pies.
jueves, 27 de noviembre de 2014
Las palabras brotan
Gestos autómatas, miradas mecánicas de monos programados, infectados de lenguaje.
Engranajes aceitados, rutinas que hacen girar la rueda que es el mundo.
Duerme el animal, ronca silenciosamente mientras sueña el sueño largo.
¿Acaso se olvidaron los ojos de las lágrimas?
Hay piernas demasiado ancladas al suelo, pensamientos atornillados a la maquinaria del pasado, no hay futuro, solo este PUTO presente.
Mariposas posmodernas, seres alados de cielos rutinarios, vuelan tormentas, se trepan a los rayos.
Demasiadas metáforas y frases pomposas para decir que no me gusta el mundo.
Quizá las palabras tampoco alcanzan para entender.
¿Acaso queremos entender?
Pinchar la burbuja, dejar entrar el aire, respirar el oxigeno.
Escapar de nuestra jaulita mental, la cabeza es muy pequeña y las ideas son tan grandes.
Que manera de decir sin decir nada, que fracaso son estas palabras.
Estar callado dice más y es de sabios saber interpretar los silencios.
Pero las palabras brotan.
Engranajes aceitados, rutinas que hacen girar la rueda que es el mundo.
Duerme el animal, ronca silenciosamente mientras sueña el sueño largo.
¿Acaso se olvidaron los ojos de las lágrimas?
Hay piernas demasiado ancladas al suelo, pensamientos atornillados a la maquinaria del pasado, no hay futuro, solo este PUTO presente.
Mariposas posmodernas, seres alados de cielos rutinarios, vuelan tormentas, se trepan a los rayos.
Demasiadas metáforas y frases pomposas para decir que no me gusta el mundo.
Quizá las palabras tampoco alcanzan para entender.
¿Acaso queremos entender?
Pinchar la burbuja, dejar entrar el aire, respirar el oxigeno.
Escapar de nuestra jaulita mental, la cabeza es muy pequeña y las ideas son tan grandes.
Que manera de decir sin decir nada, que fracaso son estas palabras.
Estar callado dice más y es de sabios saber interpretar los silencios.
Pero las palabras brotan.
viernes, 21 de noviembre de 2014
Fugacidades que se desvanecen.
Establecer contacto visual y detectar la mentira. Establecer contacto visual y enamorarse. Las miradas no solo se dedican a mirar.
Hay un silencio interesante en ciertos ojos, una música melodiosa que logra conmoverte hasta los huesos.
Hay personas con una luz que los rodea y hay personas oscuras en cuya mirada se pueden ver todas las sombras.
Hay un silencio interesante en ciertos ojos, una música melodiosa que logra conmoverte hasta los huesos.
Hay personas con una luz que los rodea y hay personas oscuras en cuya mirada se pueden ver todas las sombras.
Derrotar con una lagrima al imperio de la felicidad. Leer un poema en horario de trabajo para hacer tambalear la estructura del mundo.
Hay almas esquivas, seres alados que se niegan a volar, corazones muriéndose de frío en el invierno de las pantallas.
Hay piernas demasiado ancladas al suelo, pensamientos atornillados a la maquinaria del pasado, no hay futuro, solo hay un presente y fugacidades que se desvanecen.
Hay almas esquivas, seres alados que se niegan a volar, corazones muriéndose de frío en el invierno de las pantallas.
Hay piernas demasiado ancladas al suelo, pensamientos atornillados a la maquinaria del pasado, no hay futuro, solo hay un presente y fugacidades que se desvanecen.
martes, 18 de noviembre de 2014
Estereotipo. Capitalismo y otros demonios.
Estereotipo
Si se te rompe un estereotipo es posible que también se te rompa tu imagen del mundo.
Muchos fuimos educados, consciente o inconscientemente, para rechazar lo diferente, para mirar con ojos extraños las miradas nuevas, las visiones distintas sobre el mundo.
Por eso a veces resulta complicado escuchar música nueva, leer autores nuevos, encontrar planetas con ambientes respirables.
Acostumbrarse a la costumbre, atarse a las rutinas, meterle siempre la misma música a tus tímpanos, ser siempre el mismo, tenerle miedo al cambio y todo eso que nos congela en el tiempo y no nos deja avanzar, nos destruye, nos sofoca, nos convierte en seres iguales, en el sentido más negativo de la palabra, figuritas repetidas, clones aburridos.
El hombre es un individuo que se siente cómodo en el lugar que está y la pereza existencial que lo habita es un monstruo hambriento que le devora el alma y lo deja mirando televisión o sacándose fotos para luego publicarlas en alguna red social.
Creo que el universo de las pantallas lejos de mejorar nuestra imagen nos ha convertido en sombras.
Capitalismo y otros demonios
Muchos fuimos educados, consciente o inconscientemente, para rechazar lo diferente, para mirar con ojos extraños las miradas nuevas, las visiones distintas sobre el mundo.
Por eso a veces resulta complicado escuchar música nueva, leer autores nuevos, encontrar planetas con ambientes respirables.
Acostumbrarse a la costumbre, atarse a las rutinas, meterle siempre la misma música a tus tímpanos, ser siempre el mismo, tenerle miedo al cambio y todo eso que nos congela en el tiempo y no nos deja avanzar, nos destruye, nos sofoca, nos convierte en seres iguales, en el sentido más negativo de la palabra, figuritas repetidas, clones aburridos.
El hombre es un individuo que se siente cómodo en el lugar que está y la pereza existencial que lo habita es un monstruo hambriento que le devora el alma y lo deja mirando televisión o sacándose fotos para luego publicarlas en alguna red social.
Creo que el universo de las pantallas lejos de mejorar nuestra imagen nos ha convertido en sombras.
Capitalismo y otros demonios
Una cosa es adherir ideológicamente a políticas de izquierda y otra es ser un zurdo en la práctica. ¿Quién no quiere tener un iPhone o el último aparatito tecnológico para seguir enchufándose al mundo online? ¿Y acaso no somos nosotros mismos los que decimos todo el tiempo que el fernet se toma con Coca-Cola o no se toma nada, haciéndole publicidad gratuita a una corporación multinacional? Y es que hay empresas que han llegado al ideal de la marca: convertirse en algo mas que en la imagen de un producto o servicio, se han transformado en cultura, en estilos de vida.
Ahora, para comprar la gaseosa y el fernet y agarrarnos un lindo pedo, debemos trabajar o por lo menos tener a alguien en la familia que trabaje o algún amigo que se arriesgue por nosotros.
Vamos a comprar, gastamos plata para pasar el rato, nos entretenemos, vamos a comprar más fernet y más Coca-Cola. En fin, trabajar por un sueldo, ser dependiente de un señor de corbata, ganarse el pan (el fernet con coca), salir a comprar, pagar caro, consumir, consumir, consumir, consumir, consumir, consumir…es decir, capitalismo. No podemos evitarlo. Repito la frase que inicia el texto: Una cosa es adherir ideológicamente a políticas de izquierda y otra es ser un zurdo en la práctica.
Ahora, para comprar la gaseosa y el fernet y agarrarnos un lindo pedo, debemos trabajar o por lo menos tener a alguien en la familia que trabaje o algún amigo que se arriesgue por nosotros.
Vamos a comprar, gastamos plata para pasar el rato, nos entretenemos, vamos a comprar más fernet y más Coca-Cola. En fin, trabajar por un sueldo, ser dependiente de un señor de corbata, ganarse el pan (el fernet con coca), salir a comprar, pagar caro, consumir, consumir, consumir, consumir, consumir, consumir…es decir, capitalismo. No podemos evitarlo. Repito la frase que inicia el texto: Una cosa es adherir ideológicamente a políticas de izquierda y otra es ser un zurdo en la práctica.
domingo, 16 de noviembre de 2014
Canciones, silencios, mundos y poemas, el universo en expansión.
No quiero que me expliquen el mundo con dioses invisibles y omnipotentes, me alcanza con sentir que los pelitos del brazo se me erizan por una canción. Por eso odio los dogmas y amo el color de la música, creo en el oxigeno de la poesía y respiro cadenciosamente cuando leo la frase “la rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos”.
El paraíso es un montón de gente con guitarras, un montón de gente con cuadernos, un montón de gente componiendo poemas y canciones, el paraíso es literatura y el infierno un hermoso cuento lleno de llamas.
La eternidad tiene la forma, el aroma y el sabor de los 5 minutos que dura una canción. El tiempo, rígido y de acero, se funde en la fugacidad de una melodía, en el ritmo armonioso de una voz.
¿Si se roban las palabras, el ruido y el sonido, se roban el mundo? No lo creo, el silencio es tan diverso, el silencio es universo.
El silencio que se posa en un oído mientras gotean los relojes, el tiempo fluye, el silencio nunca dice nada y aun así canta hermosas canciones en la soledad de la noche.
La música son fragmentos de sonidos aterrizando en las superficies del silencio. Áspero y rugoso, el silencio se le niega al mundo del bullicio.
Canciones, silencios, mundos y poemas, el universo en expansión. Estrellas que titilan, parpadeantes ojitos de un gigantesco rostro oscuro. La poesía es oscura y misteriosa pero me aclara el alma, me saca de las profundidades y llena mis vacíos de musicalidad espiritual.
El paraíso es un montón de gente con guitarras, un montón de gente con cuadernos, un montón de gente componiendo poemas y canciones, el paraíso es literatura y el infierno un hermoso cuento lleno de llamas.
La eternidad tiene la forma, el aroma y el sabor de los 5 minutos que dura una canción. El tiempo, rígido y de acero, se funde en la fugacidad de una melodía, en el ritmo armonioso de una voz.
¿Si se roban las palabras, el ruido y el sonido, se roban el mundo? No lo creo, el silencio es tan diverso, el silencio es universo.
El silencio que se posa en un oído mientras gotean los relojes, el tiempo fluye, el silencio nunca dice nada y aun así canta hermosas canciones en la soledad de la noche.
La música son fragmentos de sonidos aterrizando en las superficies del silencio. Áspero y rugoso, el silencio se le niega al mundo del bullicio.
Canciones, silencios, mundos y poemas, el universo en expansión. Estrellas que titilan, parpadeantes ojitos de un gigantesco rostro oscuro. La poesía es oscura y misteriosa pero me aclara el alma, me saca de las profundidades y llena mis vacíos de musicalidad espiritual.
martes, 4 de noviembre de 2014
Nuestros besos huelen a chicles baratos.
No importa si el mundo es una mierda, no importa si todo huele a pólvora y odio. Lo que importa es el beso que me das y olvidarnos de que el tiempo es oro.
No importan las velocidades con las que este mundo se mueve, no importa si la información viaja a 180 kilómetros por segundo. Lo que importa es la lentitud de nuestra respiración, la cadencia de nuestros ojos cuando nuestras miradas se chocan.
No importan las melodías y las músicas que están de moda, los libros que venden mucho, los best seller para flacas rubias de insípidas vidas. Lo que importa es la humildad de nuestro amor, la riqueza de nuestra piel rozándose, lo que importa es que nuestros besos huelen a chicles baratos.
No importan las velocidades con las que este mundo se mueve, no importa si la información viaja a 180 kilómetros por segundo. Lo que importa es la lentitud de nuestra respiración, la cadencia de nuestros ojos cuando nuestras miradas se chocan.
No importan las melodías y las músicas que están de moda, los libros que venden mucho, los best seller para flacas rubias de insípidas vidas. Lo que importa es la humildad de nuestro amor, la riqueza de nuestra piel rozándose, lo que importa es que nuestros besos huelen a chicles baratos.
jueves, 30 de octubre de 2014
Breves reflexiones de un manojo de células.
Como siempre suele ocurrir, la realidad termina ganándole a tus sueños. Y el problema es como reaccionas ante semejantes golpes de nocaut.
El ser humano es frágil, la vida es fugaz. Y entre nuestra fragilidad y la fugacidad de la vida hay un infinito de posibilidades.
Creo en lo azaroso de la existencia. No puedo concebir en mi mente la idea de un Dios omnipotente. La idea tradicional del dogma cristiano de creer que hay “bueno” y “malo”, que hay cielo y hay infierno.
Todo esta rodeado de una cadena azarosa y misteriosa de casualidades. También de causas y consecuencias que no coinciden.
Hay algo raro en el aire, en el ambiente que se respira, hay algo raro en la vida, algo que se mueve subrepticiamente y no se puede reconocer. Es una brisa de incognoscibles orígenes, que te choca de frente y te deja helado. Una duda sofocante nos envuelve, quien es ese algo o ese alguien que maneja los hilos de este manojo de células que somos. Y la única certeza, saber que se acaba y que después no sabes que pasa. Esa cosa que los hombres le pusimos de nombre “la muerte” y que se te aparece cuando sea, cuando a ella se le canta.
El ser humano es frágil, la vida es fugaz. Y entre nuestra fragilidad y la fugacidad de la vida hay un infinito de posibilidades.
Creo en lo azaroso de la existencia. No puedo concebir en mi mente la idea de un Dios omnipotente. La idea tradicional del dogma cristiano de creer que hay “bueno” y “malo”, que hay cielo y hay infierno.
Todo esta rodeado de una cadena azarosa y misteriosa de casualidades. También de causas y consecuencias que no coinciden.
Hay algo raro en el aire, en el ambiente que se respira, hay algo raro en la vida, algo que se mueve subrepticiamente y no se puede reconocer. Es una brisa de incognoscibles orígenes, que te choca de frente y te deja helado. Una duda sofocante nos envuelve, quien es ese algo o ese alguien que maneja los hilos de este manojo de células que somos. Y la única certeza, saber que se acaba y que después no sabes que pasa. Esa cosa que los hombres le pusimos de nombre “la muerte” y que se te aparece cuando sea, cuando a ella se le canta.
martes, 28 de octubre de 2014
Ir por el mundo con mi manojo de sueños
Quiero ser adolescente otra vez y mirar el mundo con rebeldía sin causa. Quiero ir por el mundo con mi manojo de sueños recién soñados.
Quiero gritarle a mi viejo, cagarlo a puteadas, pelearme con él y con mi entorno mas cercano, encerrarme en mi pieza, poner el disco ¡Bang Bang! estás liquidado! de Los Redondos y tirar mis pensamientos y mi bronca por la ventana.
No sé si tengo ganas de entender el mundo, quiero vivir, quiero tumbarme de espalda sobre el suelo, respirar el oxigeno y el aroma del pasto a la orilla del río Limay.
No tengo planes para el futuro, no tengo ganas de pisar mi pasado, quiero un presente donde vivir solo cueste vida, ir por el mundo con mi manojo de sueños.
Quiero llorar y que me duela, no quiero ser tan feliz, la felicidad es de los estúpidos, las lágrimas son de la gente con alma.
Quiero perder, equivocarme, ser un fracasado y que me duela, que me duela.
Quiero gritarle a mi viejo, cagarlo a puteadas, pelearme con él y con mi entorno mas cercano, encerrarme en mi pieza, poner el disco ¡Bang Bang! estás liquidado! de Los Redondos y tirar mis pensamientos y mi bronca por la ventana.
No sé si tengo ganas de entender el mundo, quiero vivir, quiero tumbarme de espalda sobre el suelo, respirar el oxigeno y el aroma del pasto a la orilla del río Limay.
No tengo planes para el futuro, no tengo ganas de pisar mi pasado, quiero un presente donde vivir solo cueste vida, ir por el mundo con mi manojo de sueños.
Quiero llorar y que me duela, no quiero ser tan feliz, la felicidad es de los estúpidos, las lágrimas son de la gente con alma.
Quiero perder, equivocarme, ser un fracasado y que me duela, que me duela.
lunes, 27 de octubre de 2014
Palabras y mundos
Ante la palabra crepitar las letras se prenden fuego.
Ante la palabra silencio las letras callan.
Ante la palabra beso las letras hacen el amor.
Al decir tu nombre las palabras cantan.
Al mirar tus ojos mi mundo gris se pinta de color.
Ante la palabra amor las letras laten
Ante la palabra caricia las letras se abrazan
Con la palabra fuego se puede reducir a cenizas un poema.
Con la palabra agua se puede saciar la sed de un escritor.
Con la palabra tiniebla todo está borroso.
¿Será acaso que las palabras construyen mundos, evocan universos, invocan los infiernos y prenden fuego todos los cielos?
Letras y palabras, encadenamiento de frases. Poemas, cuentos y novelas. Literatura.
Mundos que se gestan en instantes eternos, papeles borroneados, mundos que no pudieron ser.
La palabra odio me da miedo, la palabra paz está repleta de mentiras, con la palabra Dios se han construido los infiernos mas temibles y la palabra pecado es una atrocidad del lenguaje.
Ante la palabra silencio las letras callan.
Ante la palabra beso las letras hacen el amor.
Al decir tu nombre las palabras cantan.
Al mirar tus ojos mi mundo gris se pinta de color.
Ante la palabra amor las letras laten
Ante la palabra caricia las letras se abrazan
Con la palabra fuego se puede reducir a cenizas un poema.
Con la palabra agua se puede saciar la sed de un escritor.
Con la palabra tiniebla todo está borroso.
¿Será acaso que las palabras construyen mundos, evocan universos, invocan los infiernos y prenden fuego todos los cielos?
Letras y palabras, encadenamiento de frases. Poemas, cuentos y novelas. Literatura.
Mundos que se gestan en instantes eternos, papeles borroneados, mundos que no pudieron ser.
La palabra odio me da miedo, la palabra paz está repleta de mentiras, con la palabra Dios se han construido los infiernos mas temibles y la palabra pecado es una atrocidad del lenguaje.
lunes, 13 de octubre de 2014
El poder de ser Dios
Me cae mal la gente que no se desborda, me cae mal la gente que no se alcoholizó nunca y que en ese estado de ebriedad no tomó alguna decisión desacertada. Me caen mal los que no derrapan, me caen mal los perfectos.
Desconfió de la gente que tiene siempre la misma cara, esa cara de la felicidad falsa.
Me gusta mucho la gente inestable, la gente desequilibrada, los locos lindos.
Si pudiera elegir la clase de ser humano que quiero para el futuro, si me dieran por un momento el poder de ser un Dios, metería a todos los de mente creativa, los que buscan cosas nuevas, los que siempre están disconformes, en un planeta lleno de guitarras y libros, lo demás saldría por lógica. Ellos inventarían el mundo. Ellos, cada uno de ellos seria un dios con un universo de posibilidades.
No me gusta la gente sin originalidad, odio, detesto a la gente que busca pertenecer y que para eso copia tendencias, actúa como una oveja en un rebaño.
Escaparse de uno mismo es fugarse de la vida y anular toda la posibilidad de mundos que podemos ser.
Desconfió de la gente que tiene siempre la misma cara, esa cara de la felicidad falsa.
Me gusta mucho la gente inestable, la gente desequilibrada, los locos lindos.
Si pudiera elegir la clase de ser humano que quiero para el futuro, si me dieran por un momento el poder de ser un Dios, metería a todos los de mente creativa, los que buscan cosas nuevas, los que siempre están disconformes, en un planeta lleno de guitarras y libros, lo demás saldría por lógica. Ellos inventarían el mundo. Ellos, cada uno de ellos seria un dios con un universo de posibilidades.
No me gusta la gente sin originalidad, odio, detesto a la gente que busca pertenecer y que para eso copia tendencias, actúa como una oveja en un rebaño.
Escaparse de uno mismo es fugarse de la vida y anular toda la posibilidad de mundos que podemos ser.
jueves, 2 de octubre de 2014
Perderme en los caminos
Mostrar tus sombras, mostrar tus luces, desnudarse para que el mundo sepa que sos uno más en el mundo de los menos.
Caer hacia la nada y encontrarse con el todo. Y es que a veces el fondo está mas claro que la superficie.
Canciones y mundos, escritores y poetas, el universo en expansión.
Es imposible que el mundo no te duela, siempre hay algo que te está pinchando el corazón.
La vida siempre está comiéndote los sueños, la vida es gorda.
Hay seres alados y gente sin alas, de corazones que vuelan y de corazones de piedra.
Yo quiero estar en el medio, siempre en el medio, aunque fracaso todo el tiempo, porque siempre tiendo hacia los cielos.
Tengo ganas de hacer música con silencios, de escribir con palabras invisibles.
Tengo ganas de ir a buscarme pero no de encontrarme, lo que quiero en realidad es perderme en los caminos.
Caer hacia la nada y encontrarse con el todo. Y es que a veces el fondo está mas claro que la superficie.
Canciones y mundos, escritores y poetas, el universo en expansión.
Es imposible que el mundo no te duela, siempre hay algo que te está pinchando el corazón.
La vida siempre está comiéndote los sueños, la vida es gorda.
Hay seres alados y gente sin alas, de corazones que vuelan y de corazones de piedra.
Yo quiero estar en el medio, siempre en el medio, aunque fracaso todo el tiempo, porque siempre tiendo hacia los cielos.
Tengo ganas de hacer música con silencios, de escribir con palabras invisibles.
Tengo ganas de ir a buscarme pero no de encontrarme, lo que quiero en realidad es perderme en los caminos.
viernes, 26 de septiembre de 2014
Ella escucha de todo. ( parte 1)
Ella dijo "yo escucho de todo, desde Romeo Santos hasta La Renga" y una fuerza sobrenatural y maligna me surgió desde adentro y quise matarla rociándole nafta y prendiéndola fuego.
Ella se dio cuenta de que esos comentarios me irritaban y comenzó a cantar:
Y si te invito a una copa y me acerco a tu boca…Si te robo un besito, al ver que no vas conmigo…♫ mientras me miraba estirando la trompa con ojos que invitaban al beso.
¿Que podía yo hacer? Ella me gustaba demasiado y no podía decirle que odiaba esa música y que el mundo me parecía una mierda mientras existiesen ese tipo de cantantes pop con vocecitas amariconadas y esas liricas cursis que invitaban constantemente al vomito.
La tenía frente a mí y la miraba de reojos, casi con espanto, horrorizado por su belleza. Le hablaba cada tanto y la voz me salía entrecortada.
Pero para que entiendan mejor la situación, debo primero torcer el espacio-tiempo y trasladar mi mente al pasado, no tan pasado, tres años atrás.
Era el primer día de la facultad, algo nuevo para mí. Decidí una carrera que parecía prometedora y que luego al poco tiempo me aburrió. Yo creía todavía, en ese entonces, en un mundo que si bien estaba mal, era modificable. Así es, un planeta tierra que agonizaba producto de la contaminación y la mano codiciosa del hombre, y que había que salvar. Por lo tanto yo tenía pensamientos e ideales “verdes”, creía en la ecología y en el crecimiento sostenible y toda esa serie de mentiras impracticables. Licenciatura en protección ambiental. La verdad que ahora el nombre de esa carrera universitaria me hace reír un poco. Pero bueno, como les decía, era el primer día y llegué un poco tarde porque el colectivo que me llevo iba, por razones que desconozco, fuera de horario. Entré al aula bastante tarde, unos 20 minutos después de comenzada la clase. La materia: introducción a la química orgánica. Como cualquiera que llega tarde, siempre se trata de hacer el menor ruido posible, lo cual aumenta la sonoridad de cualquier cosa. La puerta que abrí para entrar hizo un chirrido espectacular e inmediatamente todos se voltearon a mirar. Creo que en ese momento mi timidez alcanzó dimensiones grotescas. Decir que me puse rojo como un tomate es poco, la verdad es que mi cara tenía el color de la sangre misma. Lenta y torpemente arrastre mis pies y trate de buscar con la mirada un lugar vacío. Pero buscar un pupitre en esa maraña desordenada de humanidades resultaba frustrante. Mientras me movía zigzagueante entre la multitud de estudiantes, la profesora, algo impaciente, proseguía con la presentación de la materia y los objetivos de su cátedra. De pronto, vi un delgado brazo de mujer que se agitaba en el fondo y que parecía llamarme. Así era, una chica en el fondo me invitaba o mejor dicho me indicaba que al lado de ella había un lugar disponible para un boludo como yo. Apresure mi marcha y por fin llegué. No miré a la chica, lo primero que hice fue arrojar mi cuerpo pesado y nervioso sobre el asiento y dejar mi mochila a un costado.
-Hola, me llamó Martina- Dijo, con una voz dulce que se hacia pequeñita para no hacer escandalo.
Ella se dio cuenta de que esos comentarios me irritaban y comenzó a cantar:
Y si te invito a una copa y me acerco a tu boca…Si te robo un besito, al ver que no vas conmigo…♫ mientras me miraba estirando la trompa con ojos que invitaban al beso.
¿Que podía yo hacer? Ella me gustaba demasiado y no podía decirle que odiaba esa música y que el mundo me parecía una mierda mientras existiesen ese tipo de cantantes pop con vocecitas amariconadas y esas liricas cursis que invitaban constantemente al vomito.
La tenía frente a mí y la miraba de reojos, casi con espanto, horrorizado por su belleza. Le hablaba cada tanto y la voz me salía entrecortada.
Pero para que entiendan mejor la situación, debo primero torcer el espacio-tiempo y trasladar mi mente al pasado, no tan pasado, tres años atrás.
Era el primer día de la facultad, algo nuevo para mí. Decidí una carrera que parecía prometedora y que luego al poco tiempo me aburrió. Yo creía todavía, en ese entonces, en un mundo que si bien estaba mal, era modificable. Así es, un planeta tierra que agonizaba producto de la contaminación y la mano codiciosa del hombre, y que había que salvar. Por lo tanto yo tenía pensamientos e ideales “verdes”, creía en la ecología y en el crecimiento sostenible y toda esa serie de mentiras impracticables. Licenciatura en protección ambiental. La verdad que ahora el nombre de esa carrera universitaria me hace reír un poco. Pero bueno, como les decía, era el primer día y llegué un poco tarde porque el colectivo que me llevo iba, por razones que desconozco, fuera de horario. Entré al aula bastante tarde, unos 20 minutos después de comenzada la clase. La materia: introducción a la química orgánica. Como cualquiera que llega tarde, siempre se trata de hacer el menor ruido posible, lo cual aumenta la sonoridad de cualquier cosa. La puerta que abrí para entrar hizo un chirrido espectacular e inmediatamente todos se voltearon a mirar. Creo que en ese momento mi timidez alcanzó dimensiones grotescas. Decir que me puse rojo como un tomate es poco, la verdad es que mi cara tenía el color de la sangre misma. Lenta y torpemente arrastre mis pies y trate de buscar con la mirada un lugar vacío. Pero buscar un pupitre en esa maraña desordenada de humanidades resultaba frustrante. Mientras me movía zigzagueante entre la multitud de estudiantes, la profesora, algo impaciente, proseguía con la presentación de la materia y los objetivos de su cátedra. De pronto, vi un delgado brazo de mujer que se agitaba en el fondo y que parecía llamarme. Así era, una chica en el fondo me invitaba o mejor dicho me indicaba que al lado de ella había un lugar disponible para un boludo como yo. Apresure mi marcha y por fin llegué. No miré a la chica, lo primero que hice fue arrojar mi cuerpo pesado y nervioso sobre el asiento y dejar mi mochila a un costado.
-Hola, me llamó Martina- Dijo, con una voz dulce que se hacia pequeñita para no hacer escandalo.
lunes, 22 de septiembre de 2014
Realidad con alas.
Escribir con tus sueños una realidad con alas.
Volar el infierno y disfrutar de los cielos que arden.
Caminar ondulantes caminos de algodonadas rutinas.
Destrozar el tiempo, asesinar las horas con el filo de los libros.
Comunicar con el silencio las canciones que te estremecen.
Mirar las miradas con ojos de águila, clavarle las uñas al amor.
Ponerse en la piel de un poeta que le robaron las palabras.
Aprender a decir con los silencios lo que las palabras no alcanzar a decir.
Imaginar imágenes que pinten el mundo ilusorio de tus sueños.
Llenar los oídos de melodías oníricas y danzar narcotizado por el centro del mundo.
Volar el infierno y disfrutar de los cielos que arden.
Caminar ondulantes caminos de algodonadas rutinas.
Destrozar el tiempo, asesinar las horas con el filo de los libros.
Comunicar con el silencio las canciones que te estremecen.
Mirar las miradas con ojos de águila, clavarle las uñas al amor.
Ponerse en la piel de un poeta que le robaron las palabras.
Aprender a decir con los silencios lo que las palabras no alcanzar a decir.
Imaginar imágenes que pinten el mundo ilusorio de tus sueños.
Llenar los oídos de melodías oníricas y danzar narcotizado por el centro del mundo.
viernes, 19 de septiembre de 2014
Encadenamiento de encantos
Mis textos
muchas veces, por no decir siempre, son mecanismos de evasión de realidades.
Escribir es
el hermoso deporte que practico cada tanto, para abstraerme de mi aburrida
cotidianidad. Un ejercicio mental de combustión interna que prende fuego a mis más
aburridas rutinas.
Una palabra mira
de lejos a otra palabra, se juntan tímidamente, se organizan para una frase.
Una frase que toca la guitarra y pone a rodar la música. Y entonces, un
encadenamiento de encantos, una conjunción de hechizos.martes, 16 de septiembre de 2014
El danzante ceremonial de aquella música que sobrevuela.
Destruir el ego para detener la decadencia.
Tener la certeza de que el mundo es un lugar lleno de dudas y desconfiar de la gente demasiado buena.
Pequeños tips, frases que imaginan una vida mejor.
Pensamientos que danzan al ritmo del ruido de balas.
¿Habrá que detener el tiempo por medio del andamiaje de los recuerdos?
¿O dejar que la maquinaria del olvido haga lo que tiene que hacer?
¿Y qué hacer con la muerte, olvidarla o tenerla presente?
Preguntas que sueñan. Respuestas que imaginan un mundo mejor.
Ideas que giran en tu mente, argumentos que se caen, mentiras que se afirman, verdades que te mienten, toda la rutinaria dinámica del pensar.
Reflexiones débiles, conclusiones firmes, inconscientes palabras, razón y corazón.
Momentos de incendiaria pasión, instantes de apasionada ceguera, música que sobrevuela, silencios que alguna canción revelan.
Tener la certeza de que el mundo es un lugar lleno de dudas y desconfiar de la gente demasiado buena.
Pequeños tips, frases que imaginan una vida mejor.
Pensamientos que danzan al ritmo del ruido de balas.
¿Habrá que detener el tiempo por medio del andamiaje de los recuerdos?
¿O dejar que la maquinaria del olvido haga lo que tiene que hacer?
¿Y qué hacer con la muerte, olvidarla o tenerla presente?
Preguntas que sueñan. Respuestas que imaginan un mundo mejor.
Ideas que giran en tu mente, argumentos que se caen, mentiras que se afirman, verdades que te mienten, toda la rutinaria dinámica del pensar.
Reflexiones débiles, conclusiones firmes, inconscientes palabras, razón y corazón.
Momentos de incendiaria pasión, instantes de apasionada ceguera, música que sobrevuela, silencios que alguna canción revelan.
jueves, 4 de septiembre de 2014
Amo, odio y canto.
Amo esa característica fragmentaria y confusa de los sueños, el pasar de escena a escena, el estar levitando feliz un rato y luego aterrado escapando de una bruja.
Amo los por qué que nadie responde, amo el silencio como respuesta porque me apasionan los misterios.
Amo la sonrisa de un niño, amo la efímera felicidad de la infancia y de los instantes que siempre recordaras. Amo la felicidad sin la maldita noción del tiempo.
Amo las canciones que te erizan los pelitos del brazo, amo la piel de gallina y ese escalofrío tan bonito en lo profundo del corazón.
Odio las guerras, odio las armas, odio que los niños reciban los cañonazos de la peor humanidad.
Odio que los hombres no se apasionen, que no se jueguen por lo que quieren, por eso a veces yo también me odio.
Odio los lugares comunes, la gente demasiado normal, odio las rutinas y levantarme temprano cuando todavía tengo sueño.
Odio los días en los que no tengo tiempo ni para leer un puto y lindo poema, odio que la musicalidad sea tan esquiva, que las letras que forman mis palabras no terminen diciendo nada.
Canto porque tengo necesidad de sentir mi alma en estado de éxtasis y hay canciones que son medios hermosos para tal fin.
Canto, de manera horrible pero con muchas ganas, canciones frenéticas, redondas y con sabor a ricota, en la mañana, en la tarde y si es posible despacito por la noche.
Canto porque esa bola enorme de azares que es la vida está gobernada por el silencio. Silencios de rutinas, de palabras repetidas, de griterío callado.
Amo, odio y canto porque de lo demás se encarga la rutina, porque lo otro, lo feo, sucede porque si.
Amo los por qué que nadie responde, amo el silencio como respuesta porque me apasionan los misterios.
Amo la sonrisa de un niño, amo la efímera felicidad de la infancia y de los instantes que siempre recordaras. Amo la felicidad sin la maldita noción del tiempo.
Amo las canciones que te erizan los pelitos del brazo, amo la piel de gallina y ese escalofrío tan bonito en lo profundo del corazón.
Odio las guerras, odio las armas, odio que los niños reciban los cañonazos de la peor humanidad.
Odio que los hombres no se apasionen, que no se jueguen por lo que quieren, por eso a veces yo también me odio.
Odio los lugares comunes, la gente demasiado normal, odio las rutinas y levantarme temprano cuando todavía tengo sueño.
Odio los días en los que no tengo tiempo ni para leer un puto y lindo poema, odio que la musicalidad sea tan esquiva, que las letras que forman mis palabras no terminen diciendo nada.
Canto porque tengo necesidad de sentir mi alma en estado de éxtasis y hay canciones que son medios hermosos para tal fin.
Canto, de manera horrible pero con muchas ganas, canciones frenéticas, redondas y con sabor a ricota, en la mañana, en la tarde y si es posible despacito por la noche.
Canto porque esa bola enorme de azares que es la vida está gobernada por el silencio. Silencios de rutinas, de palabras repetidas, de griterío callado.
Amo, odio y canto porque de lo demás se encarga la rutina, porque lo otro, lo feo, sucede porque si.
sábado, 30 de agosto de 2014
Otro popurrí de reflexiones de homo sapien.
Freud y mi viejo.
Dice Freud que somos naturalmente agresivos y que la cultura nos produce malestar.
El termino ”cultura” lo utiliza no como formación intelectual sino como el conjunto de normas restrictivas de los impulsos humanos, sexuales o agresivos, exigidas para mantener el orden social.
Dice mi viejo que ya es hora de ponerse a laburar, olvidar los sueños de poeta, despabilarse con las cachetadas de la realidad, mirar la vida a la cara, abandonar la suave comodidad del sillón y dejar que las asperezas me acaricien la existencia. En realidad no me lo dice así, me lo
dice mucho mas brutal y con menos sutilezas, pero como ustedes saben yo me hago el poeta y yo a mi papá lo hago hablar como a mi se me cantan las pelotas.
Mentiras de curriculum, capitalismo y Charles Bukowski
Dice Freud que somos naturalmente agresivos y que la cultura nos produce malestar.
El termino ”cultura” lo utiliza no como formación intelectual sino como el conjunto de normas restrictivas de los impulsos humanos, sexuales o agresivos, exigidas para mantener el orden social.
Dice mi viejo que ya es hora de ponerse a laburar, olvidar los sueños de poeta, despabilarse con las cachetadas de la realidad, mirar la vida a la cara, abandonar la suave comodidad del sillón y dejar que las asperezas me acaricien la existencia. En realidad no me lo dice así, me lo
dice mucho mas brutal y con menos sutilezas, pero como ustedes saben yo me hago el poeta y yo a mi papá lo hago hablar como a mi se me cantan las pelotas.
Mentiras de curriculum, capitalismo y Charles Bukowski
Hice mi curriculum vitae y no fui del todo sincero. Mentí en la parte de experiencia laboral. Puse que tenía dos años de experiencia en trabajos de cadete y de asistencia contable.
Hice algunos ajustes en el ítem “formación académica”, exageré mis cualidades, inventé cursos y seminarios a los cuales no asistí. Puse como referencia el teléfono de mi tío, el chamuyero, inventándole un puesto de gerencia en una empresa de autopartes (que en realidad es un desarmadero suyo que roza lo ilegal) para que hablara bien de mi, en fin… no me han llamado aun.
El sistema capitalista, o los valores burgueses, o la sociedad de consumo, o la economía de mercado, o este día a día de mierda, o cómo carajo sea que le quieras llamar, nos hace creer que la verdadera persona exitosa es aquella que consigue un buen trabajo, gana un buen sueldo y asciende rápidamente. Y ascender en la vida implica: comprarse un auto y tener una casa propia, si es posible, o por lo menos ganar lo suficiente para alquilar un buen departamento. También tener una linda esposa, dos hijos, los cuales son fanáticos de los productos Disney, van a una escuela privada donde aprenden varios idiomas, o por lo menos Ingles y Francés.
Charles Bukowski era alcohólico, vivía en una habitación de mierda, se cogía a putas baratas, a verdaderas mujeres. Escribía poemas. Fue exitoso, pero no a la manera capitalista. Aunque sus libros ahora venden mucho y su imagen también y quizá le da de comer al hijito rubio de algún editor yanqui. Él dice en un poema llamado “como ser un gran escritor” lo siguiente:
Tienes que tirarte a muchas mujeres,
bellas mujeres y escribir unos pocos poemas de amor decentes,
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Solo toma más y más cerveza.
[…]
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
O pagar cualquier cosa en término.
[…]
Agarra una buena maquina de escribir
Y mientras los pasos van y vienen
Más allá de tu ventana
Dale duro a esa cosa, dale duro.
Hice algunos ajustes en el ítem “formación académica”, exageré mis cualidades, inventé cursos y seminarios a los cuales no asistí. Puse como referencia el teléfono de mi tío, el chamuyero, inventándole un puesto de gerencia en una empresa de autopartes (que en realidad es un desarmadero suyo que roza lo ilegal) para que hablara bien de mi, en fin… no me han llamado aun.
El sistema capitalista, o los valores burgueses, o la sociedad de consumo, o la economía de mercado, o este día a día de mierda, o cómo carajo sea que le quieras llamar, nos hace creer que la verdadera persona exitosa es aquella que consigue un buen trabajo, gana un buen sueldo y asciende rápidamente. Y ascender en la vida implica: comprarse un auto y tener una casa propia, si es posible, o por lo menos ganar lo suficiente para alquilar un buen departamento. También tener una linda esposa, dos hijos, los cuales son fanáticos de los productos Disney, van a una escuela privada donde aprenden varios idiomas, o por lo menos Ingles y Francés.
Charles Bukowski era alcohólico, vivía en una habitación de mierda, se cogía a putas baratas, a verdaderas mujeres. Escribía poemas. Fue exitoso, pero no a la manera capitalista. Aunque sus libros ahora venden mucho y su imagen también y quizá le da de comer al hijito rubio de algún editor yanqui. Él dice en un poema llamado “como ser un gran escritor” lo siguiente:
Tienes que tirarte a muchas mujeres,
bellas mujeres y escribir unos pocos poemas de amor decentes,
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Solo toma más y más cerveza.
[…]
Duerme hasta el mediodía.
Evita las tarjetas de crédito
O pagar cualquier cosa en término.
[…]
Agarra una buena maquina de escribir
Y mientras los pasos van y vienen
Más allá de tu ventana
Dale duro a esa cosa, dale duro.
Evidentemente ese poema no es buena publicidad para el capitalismo y esta claro que el loquito Charles no era, ni es, un buen modelo de ciudadano burgués a seguir. Lo importante es que era buen escritor o al menos lo es para mí. Su poesía no es exuberante en palabras bonitas, es exuberante en situaciones cotidianas de marginalidad, en las pequeñas cosas, en el día a día tedioso del ser. Con sus vacíos y con sus miserias hacía de su vida también un poema. No era ningún careta, como miles de escritores que décadas después no se cansan de imitarlo, haciéndose los marginados, los rebeldes, los que no les importa nada y en realidad son bobos modernos, mediocres y sin talento.
Soñador de profesión
Soñador de profesión
Cuando terminé el secundario fui a una expo vocacional. Estaba llena de terciarios privados, universidades y chantas que ofrecían cursos pedorros. Al final concluí que mi mejor vocación o que la carrera mas adecuada para mi era la de “soñador crónico” y que no había universidad o institución educativa alguna que me educara en tal materia.
Dicen que soy autodidacta, que aprendo fácil y que tengo apetito por los buenos libros. Yo siempre les digo que no, que solo es tiempo al pedo ocupado en imaginar, en soñar y que de vez en cuando me leo algún cuentito, alguna novelita, algún poemita (todo así en diminutivo, para que suene mas tiernito, mas humildito) pero que eso no quiere decir que soy un tipo inteligente o que tengo un encéfalo al que le entra todo.
Jugar
Cuando era niño atrapaba hormigas, buscaba una telaraña en algún rincón y las tiraba para que quedaran atrapadas en esa rara pegajosidad que tanto me fascinaba. De pronto aparecía la araña de patas largas, como le decíamos todos, que eran las que mas abundaban y con una habilidad impresionante agarraba a la pequeña hormiguita y comenzaba a envolverla con la seda que expulsaba de su culo. Por alguna razón eso a mi me dejaba fascinado, probablemente por la razón de que era un niño, podía estar horas y horas, toda la tarde realizando ese macabro juego. Macabro y terrorífico para las hormigas, una felicidad enorme, una panzada para las agradecidas arañas, un entretenido juego para mí.
Dicen que soy autodidacta, que aprendo fácil y que tengo apetito por los buenos libros. Yo siempre les digo que no, que solo es tiempo al pedo ocupado en imaginar, en soñar y que de vez en cuando me leo algún cuentito, alguna novelita, algún poemita (todo así en diminutivo, para que suene mas tiernito, mas humildito) pero que eso no quiere decir que soy un tipo inteligente o que tengo un encéfalo al que le entra todo.
Jugar
Cuando era niño atrapaba hormigas, buscaba una telaraña en algún rincón y las tiraba para que quedaran atrapadas en esa rara pegajosidad que tanto me fascinaba. De pronto aparecía la araña de patas largas, como le decíamos todos, que eran las que mas abundaban y con una habilidad impresionante agarraba a la pequeña hormiguita y comenzaba a envolverla con la seda que expulsaba de su culo. Por alguna razón eso a mi me dejaba fascinado, probablemente por la razón de que era un niño, podía estar horas y horas, toda la tarde realizando ese macabro juego. Macabro y terrorífico para las hormigas, una felicidad enorme, una panzada para las agradecidas arañas, un entretenido juego para mí.
jueves, 21 de agosto de 2014
Que lindo.
Cuando la vida se convierte en un puñado de rutinas se te apaga el volcán interior.
Un cubito de hielo en lugar de corazón. Un ángel atrapado en un cuerpo de mono.
Que lindo cuando todo gira alrededor de un beso.
Que lindo cuando una mirada atrapa a otra y se gesta la eternidad en un instante.
Que lindo Because de The Beatles sonando fuerte, perfumando la tarde.
Si haces ruido con el alma los sueños se despiertan.
Por eso hay quienes andan con el silencio a sus espaldas.
Seres alados de alas heridas. Animalitos que aprendieron a imaginar.
Una combinación de soledad y distancia. Un largo viaje hacia el adentro.
Que lindo cuando se materializa un sueño.
Que lindo llenarse la cabeza de palabras que hacen música.
Que lindo cuando las palabras danzan y escriben frases bonitas que describen el vacío.
Un cubito de hielo en lugar de corazón. Un ángel atrapado en un cuerpo de mono.
Que lindo cuando todo gira alrededor de un beso.
Que lindo cuando una mirada atrapa a otra y se gesta la eternidad en un instante.
Que lindo Because de The Beatles sonando fuerte, perfumando la tarde.
Si haces ruido con el alma los sueños se despiertan.
Por eso hay quienes andan con el silencio a sus espaldas.
Seres alados de alas heridas. Animalitos que aprendieron a imaginar.
Una combinación de soledad y distancia. Un largo viaje hacia el adentro.
Que lindo cuando se materializa un sueño.
Que lindo llenarse la cabeza de palabras que hacen música.
Que lindo cuando las palabras danzan y escriben frases bonitas que describen el vacío.
martes, 19 de agosto de 2014
Hay ceremonias en el poema.
Odio cuando mis poemas se llenan de abstracciones.
Odio que la locura de la forma no termine diciendo nada.
Odio mis palabras y también las amo, pero estoy enamorado de mis silencios.
Y en aquel amor tan callado es difícil ejercer la musicalidad.
Sometido a una soledad de acero, esclavo de mis obsesiones, de mis miedos, de mis demasiadas mañas.
Como un pez en una pecera, soy libre…pero hasta ahí.
Quiero ir hasta el fondo del poema, ahogarme en él.
Pero siempre estoy en sus bordes, circundándolo, rodeándolo, orbitando su misteriosa verdad.
Esa esfera perfecta que es el poema, se me niega, se me esconde.
Y yo, aunque mi cuerpo lo niegue, sigo siendo un niño y me estoy hartando de jugar a las escondidas.
Odio que la locura de la forma no termine diciendo nada.
Odio mis palabras y también las amo, pero estoy enamorado de mis silencios.
Y en aquel amor tan callado es difícil ejercer la musicalidad.
Sometido a una soledad de acero, esclavo de mis obsesiones, de mis miedos, de mis demasiadas mañas.
Como un pez en una pecera, soy libre…pero hasta ahí.
Quiero ir hasta el fondo del poema, ahogarme en él.
Pero siempre estoy en sus bordes, circundándolo, rodeándolo, orbitando su misteriosa verdad.
Esa esfera perfecta que es el poema, se me niega, se me esconde.
Y yo, aunque mi cuerpo lo niegue, sigo siendo un niño y me estoy hartando de jugar a las escondidas.
domingo, 17 de agosto de 2014
Un hombre es…
Un hombre es muchos hombres. Un hombre es miles de hombres.
Un hombre es los hombres que le dieron vida, los hombres que lo alimentaron.
Los hombres que lo vieron crecer. Los hombres que crecieron con él.
Un hombre es miles de hombres y para ser justos: un hombre es miles de mujeres.
Un hombre es la mujer que le dio la vida. Un hombre es la mujer que lo hizo crecer.
Un hombre es la mujer que lo enamoró, un gran hombre es la gran mujer que esta incrustada en su corazón.
Un hombre es los muchos o pocos libros que leyó.
Un hombre es todos los poemas que escribió y los que no.
Un hombre es todas las canciones que escuchó y las que compuso nutriéndose de ellas.
Un hombre es la obra maestra de muchos hombres, una combinación de mono y sentimientos, de emociones y racionalidad.
Un hombre es todas las lágrimas que de los ojos de todos los hombres alguna vez manaron.
Un hombre es las infinitas sonrisas, de los infinitos rostros, de los infinitos hombres que habitaron y habitan la tierra.
Al final, el hombre es tan semejante maraña de hombres que tiendo a creer que todos los hombres son el hombre. Y que la singularidad de cada uno es una parte del todo, no menos infinita que el todo.
Un hombre es los hombres que le dieron vida, los hombres que lo alimentaron.
Los hombres que lo vieron crecer. Los hombres que crecieron con él.
Un hombre es miles de hombres y para ser justos: un hombre es miles de mujeres.
Un hombre es la mujer que le dio la vida. Un hombre es la mujer que lo hizo crecer.
Un hombre es la mujer que lo enamoró, un gran hombre es la gran mujer que esta incrustada en su corazón.
Un hombre es los muchos o pocos libros que leyó.
Un hombre es todos los poemas que escribió y los que no.
Un hombre es todas las canciones que escuchó y las que compuso nutriéndose de ellas.
Un hombre es la obra maestra de muchos hombres, una combinación de mono y sentimientos, de emociones y racionalidad.
Un hombre es todas las lágrimas que de los ojos de todos los hombres alguna vez manaron.
Un hombre es las infinitas sonrisas, de los infinitos rostros, de los infinitos hombres que habitaron y habitan la tierra.
Al final, el hombre es tan semejante maraña de hombres que tiendo a creer que todos los hombres son el hombre. Y que la singularidad de cada uno es una parte del todo, no menos infinita que el todo.
viernes, 15 de agosto de 2014
Un Bondi lleno de mundos
El está demasiado duro para este mundo blando. Psicología callejera y Topper de lona.
Escuchando a Charly en la parada del bondi. El está demasiado duro para este mundo blando.
Estuvo todo el día esnifando rutinas capitalistas, narcotizado por la vida áspera de chico de barrio. De cultura futbolera, argenta, rockera y ricotera.
Lo ve venir. A ese vehículo largo repleto de almas esclavas, de corazones que ya no laten, de corazones endurecidos. Pero a él poco le importa el mundo y sus seres siniestros. Él, como dice la canción: “ya estaba duro mucho antes”.
Hace parar al colectivo y cuando sube le clava al morrudito chofer sus ojos redondos y paranoicos y le dice: ”uno hasta Neuquén, por favor” entregándole un billete con la imagen del creador de la bandera argentina. El chofer recibe los 10 pesos y le da de cambio lo que valen un puñado de caramelos.
Camina por el pasillo del colectivo esquivando viejas con cara de “no soy feliz, pero tengo celular”. El pibe tiene la mirada fija en la parte del fondo donde puede divisar un asiento que alguien despreció por estar ubicada al lado de otra que esta ocupada por un pasajero de origen jujeño, salteño o tal vez boliviano. Y esta pasado de copas, o mejor dicho, de varias cajas de tinto barato.
Se sienta al lado del ebrio personaje y comienzan a intercambiar saludos.
–HolaS, esta bonito el viaje no?-
-Hola…no sé, yo recién subo, igual seguro vos hablas de otro viaje, del que tenes ahora en el bocho.-
El hombre lo mira con cara de no entender absolutamente nada e inmediatamente se levanta y toca el timbre para que el colectivo lo deje en uno de los últimos barrios de la narcotizada y aburrida ciudad de Plottier.
El efecto de la cocaína en los nervios del pibe lo hace mirar hacia todos lados. Mira cuidadosamente todo. Intenta la charla con la señora de al lado, fracasa. Hay algo en él o en su mirada de ojos demasiado redondos que hace fracasar cualquier interacción con alguien. Busca que una chica de enrulados pelos le devuelva la sonrisa. Sonrisa siniestra, de dientes endemoniados, sonrisa que la hermosa doncella no le devuelve.
Acto seguido saca su celular y le conecta los auriculares. A los segundos comienza a escuchar una canción y comienza también a cantarla, a interpretarla. Muy fuerte y desafinado, muy horrendamente dramático, moviendo los brazos, imitando con las manos y los dedos la ejecución de un solo de guitarra.
La pequeña gran multitud que habita el bondi lo mira de una manera cómica, como si nunca hubieran visto un tipo en estado de paroxismo provocado por la melodía de una canción, como si nunca hubieran visto un tipo drogado, como si nunca hubieran visto.
El pibe se da cuenta que lo miran, el pibe se da cuenta de todo, cuando el puñado de pasajeros viene el pibe fue y vino como cinco veces. De pronto detiene sus alocados gestos y deja de cantar desaforadamente. De pronto un silencio sepulcral, como si algo muy malo hubiera sucedido. Pero no. El pibe ríe a carcajadas, la multitud se enoja y se oyen entre murmullos algunos comentarios al respecto: “¡¡este tipo esta completamente loco!! ¡¡Está de la cabeza! ¡¡Es un pelotudo!! ¡¡Pobre pibe!!”
Se baja del colectivo y lo primero que hace, en contra de la inercia por seguir latiendo, en contra de la inercia vital, del pulso y la respiración que mantienen vivo a ese mono complejo de ideas básicas, es introducirse un manojo de pastillas letales. Para bajar, para subir, él ya no sabe para qué.
Un pasajero se baja, sube otro. Como si de llenar espacios se tratara. La chica paga su boleto. Local, 4 pesos. Es una veintiañera con una remera de The Beatles, la frase All you need is love estampada en ella, a la altura de las tetas, los 4 ingleses y sus caras bobas mas abajo.
Tiene los pelos teñidos. No de un solo color sino de varios. Rojo, rubio, algunas mechas lilas, muy psicodélico en su conjunto.
Ella se mueve como bailando, seguramente impulsada por la música que se mete por sus tímpanos a través de esos auriculares que son muchos mas grandes que una oreja promedio.
Ella camina hacia el fondo, para ocupar el espacio dejado por el drogado anterior. Se sienta y observa el panorama, se inclina hacia atrás y cierra sus amarronados ojitos chinos. Bosteza, hace como que se duerme, permanece tranquila, con el cuerpo débil y las piernas estiradas.
Tiene una hermosura extraña, tiene una paz infinita, le aparecen sonrisas en la cara en intervalos regulares de tiempo.
En la parte de adelante hay dos señoras cincuentonas y hablan con el volumen alto de su voz sobre la inutilidad de hacer algo con la juventud. “no valoran nada… se perdió el respeto… no tienen responsabilidad alguna…” son algunas de las sentencias de las viejas.
El largo vehículo hace una parada para levantar pasajeros. Apenas se abre la puerta delantera, luego del conocido chillido de las gomas gastadas y los mecanismos viejos y secos, se oye algo así como un tamborcito o algún otro instrumento de percusión. Suben tres pibes. Uno pelado y los otros dos con largas rastas y ojos al rojo vivo.
La musiquita que sale de sus tambores, o no sé que carajo, llena el ambiente de un alegre candombe, murga o no sé que carajo. La cuestión es que el ruido se torna irritante. Pero de pronto dejan de tocar y el pibe calvo que porta una guitarra criolla, lucido y de voz ronca toma la palabra:
Escuchando a Charly en la parada del bondi. El está demasiado duro para este mundo blando.
Estuvo todo el día esnifando rutinas capitalistas, narcotizado por la vida áspera de chico de barrio. De cultura futbolera, argenta, rockera y ricotera.
Lo ve venir. A ese vehículo largo repleto de almas esclavas, de corazones que ya no laten, de corazones endurecidos. Pero a él poco le importa el mundo y sus seres siniestros. Él, como dice la canción: “ya estaba duro mucho antes”.
Hace parar al colectivo y cuando sube le clava al morrudito chofer sus ojos redondos y paranoicos y le dice: ”uno hasta Neuquén, por favor” entregándole un billete con la imagen del creador de la bandera argentina. El chofer recibe los 10 pesos y le da de cambio lo que valen un puñado de caramelos.
Camina por el pasillo del colectivo esquivando viejas con cara de “no soy feliz, pero tengo celular”. El pibe tiene la mirada fija en la parte del fondo donde puede divisar un asiento que alguien despreció por estar ubicada al lado de otra que esta ocupada por un pasajero de origen jujeño, salteño o tal vez boliviano. Y esta pasado de copas, o mejor dicho, de varias cajas de tinto barato.
Se sienta al lado del ebrio personaje y comienzan a intercambiar saludos.
–HolaS, esta bonito el viaje no?-
-Hola…no sé, yo recién subo, igual seguro vos hablas de otro viaje, del que tenes ahora en el bocho.-
El hombre lo mira con cara de no entender absolutamente nada e inmediatamente se levanta y toca el timbre para que el colectivo lo deje en uno de los últimos barrios de la narcotizada y aburrida ciudad de Plottier.
El efecto de la cocaína en los nervios del pibe lo hace mirar hacia todos lados. Mira cuidadosamente todo. Intenta la charla con la señora de al lado, fracasa. Hay algo en él o en su mirada de ojos demasiado redondos que hace fracasar cualquier interacción con alguien. Busca que una chica de enrulados pelos le devuelva la sonrisa. Sonrisa siniestra, de dientes endemoniados, sonrisa que la hermosa doncella no le devuelve.
Acto seguido saca su celular y le conecta los auriculares. A los segundos comienza a escuchar una canción y comienza también a cantarla, a interpretarla. Muy fuerte y desafinado, muy horrendamente dramático, moviendo los brazos, imitando con las manos y los dedos la ejecución de un solo de guitarra.
La pequeña gran multitud que habita el bondi lo mira de una manera cómica, como si nunca hubieran visto un tipo en estado de paroxismo provocado por la melodía de una canción, como si nunca hubieran visto un tipo drogado, como si nunca hubieran visto.
El pibe se da cuenta que lo miran, el pibe se da cuenta de todo, cuando el puñado de pasajeros viene el pibe fue y vino como cinco veces. De pronto detiene sus alocados gestos y deja de cantar desaforadamente. De pronto un silencio sepulcral, como si algo muy malo hubiera sucedido. Pero no. El pibe ríe a carcajadas, la multitud se enoja y se oyen entre murmullos algunos comentarios al respecto: “¡¡este tipo esta completamente loco!! ¡¡Está de la cabeza! ¡¡Es un pelotudo!! ¡¡Pobre pibe!!”
Se baja del colectivo y lo primero que hace, en contra de la inercia por seguir latiendo, en contra de la inercia vital, del pulso y la respiración que mantienen vivo a ese mono complejo de ideas básicas, es introducirse un manojo de pastillas letales. Para bajar, para subir, él ya no sabe para qué.
Un pasajero se baja, sube otro. Como si de llenar espacios se tratara. La chica paga su boleto. Local, 4 pesos. Es una veintiañera con una remera de The Beatles, la frase All you need is love estampada en ella, a la altura de las tetas, los 4 ingleses y sus caras bobas mas abajo.
Tiene los pelos teñidos. No de un solo color sino de varios. Rojo, rubio, algunas mechas lilas, muy psicodélico en su conjunto.
Ella se mueve como bailando, seguramente impulsada por la música que se mete por sus tímpanos a través de esos auriculares que son muchos mas grandes que una oreja promedio.
Ella camina hacia el fondo, para ocupar el espacio dejado por el drogado anterior. Se sienta y observa el panorama, se inclina hacia atrás y cierra sus amarronados ojitos chinos. Bosteza, hace como que se duerme, permanece tranquila, con el cuerpo débil y las piernas estiradas.
Tiene una hermosura extraña, tiene una paz infinita, le aparecen sonrisas en la cara en intervalos regulares de tiempo.
En la parte de adelante hay dos señoras cincuentonas y hablan con el volumen alto de su voz sobre la inutilidad de hacer algo con la juventud. “no valoran nada… se perdió el respeto… no tienen responsabilidad alguna…” son algunas de las sentencias de las viejas.
El largo vehículo hace una parada para levantar pasajeros. Apenas se abre la puerta delantera, luego del conocido chillido de las gomas gastadas y los mecanismos viejos y secos, se oye algo así como un tamborcito o algún otro instrumento de percusión. Suben tres pibes. Uno pelado y los otros dos con largas rastas y ojos al rojo vivo.
La musiquita que sale de sus tambores, o no sé que carajo, llena el ambiente de un alegre candombe, murga o no sé que carajo. La cuestión es que el ruido se torna irritante. Pero de pronto dejan de tocar y el pibe calvo que porta una guitarra criolla, lucido y de voz ronca toma la palabra:
-Bueno gente, esperamos no arruinarles el viaje, por el contrario, queremos tocarle REGALARLES, eh….bueno esto que nosotros hacemos….eh, nuestra música. Eh bueno nada….somos un grupo de jóvenes que integramos una formación que hace música de origen africana con algunas combinaciones reggae…les vamos a tocar algunas cositas y después si ustedes pueden y si desean pueden cooperar con alguna moneda para nuestra subsistencia….bueno…ahí vamos eh.
La música, que pretende ser armónica, por momentos se vuelve una combinación caótica de percusiones y coros desafinados de voces roncas. La cuestión es que todo termina luego de algunos interminables minutos. Los aplausos aparecen luego de un efímero silencio incomodo.
Uno de los rastas saca un sombrero, que no llevaba puesto sino escondido bajo una campera. Comienza a circular por el pasillo del colectivo mientras el pelado orador da las gracias y repite unas cuantas palabras alabando a un público falsamente entusiasta.
El tipo con el sombrero recorre cada fila de asientos, lo hace de manera muy meticulosa, tomándose unos segundos con cada pasajero para convencerlos de que pongan una moneda.
Si el pasajero es indiferente, sobre todo si no deja el preciado dinero, el pseudo-rastaman pierde la paz y le clava los ojos rojos, furiosos, tan agresivamente que literalmente lo caga a trompadas con la mirada.
Finalmente el grupito de “músicos” callejeros da un saludo final y se retira bajando de la misma manera en que subieron: ruidosos, alegres y ridículos.
Luego del momento musical el colectivo avanza unos 500 metros y se detiene en una parada que esta frente a una escuela. Escuela secundaria, con orientación agropecuaria. Estudiantes juguetones, ruidosos, irritantes, con sus voces chillonas, dando manotazos. Llenos de vitalidad y con sus poros brotando hormonas.
Y entre tanto quilombito móvil y bamboleante, no se puede explicar cómo es que esa chica, que está sentada a mitad del bondi, del lado del pasillo, puede leer ese libro. Bestiario, de Cortazar, el cuento: “Omnibus”. Ella esta como abstraída de todo, en algún lugar distinto, atrapada en el relato. Sus ojitos tan chiquitos detrás de esos anteojos gruesos recorren las líneas del texto de manera frenética, concentradísima.
Uno de los rastas saca un sombrero, que no llevaba puesto sino escondido bajo una campera. Comienza a circular por el pasillo del colectivo mientras el pelado orador da las gracias y repite unas cuantas palabras alabando a un público falsamente entusiasta.
El tipo con el sombrero recorre cada fila de asientos, lo hace de manera muy meticulosa, tomándose unos segundos con cada pasajero para convencerlos de que pongan una moneda.
Si el pasajero es indiferente, sobre todo si no deja el preciado dinero, el pseudo-rastaman pierde la paz y le clava los ojos rojos, furiosos, tan agresivamente que literalmente lo caga a trompadas con la mirada.
Finalmente el grupito de “músicos” callejeros da un saludo final y se retira bajando de la misma manera en que subieron: ruidosos, alegres y ridículos.
Luego del momento musical el colectivo avanza unos 500 metros y se detiene en una parada que esta frente a una escuela. Escuela secundaria, con orientación agropecuaria. Estudiantes juguetones, ruidosos, irritantes, con sus voces chillonas, dando manotazos. Llenos de vitalidad y con sus poros brotando hormonas.
Y entre tanto quilombito móvil y bamboleante, no se puede explicar cómo es que esa chica, que está sentada a mitad del bondi, del lado del pasillo, puede leer ese libro. Bestiario, de Cortazar, el cuento: “Omnibus”. Ella esta como abstraída de todo, en algún lugar distinto, atrapada en el relato. Sus ojitos tan chiquitos detrás de esos anteojos gruesos recorren las líneas del texto de manera frenética, concentradísima.
jueves, 14 de agosto de 2014
El volcán apagado
Neuronas quemándose, sinapsis que arden.
Pensamientos que queman, ideas como brasas, lenguas que escupen cenizas.
Hay un volcán interior, hay lava en los ojos.
Una bocanada de aire es alimentar la combustión.
El corazón es una fragua que funde emociones, las convierte en lágrimas y sonrisas.
Lejos, en la superficie, la comodidad convierte en humo toda erupción.
Pensamientos que queman, ideas como brasas, lenguas que escupen cenizas.
Hay un volcán interior, hay lava en los ojos.
Una bocanada de aire es alimentar la combustión.
El corazón es una fragua que funde emociones, las convierte en lágrimas y sonrisas.
Lejos, en la superficie, la comodidad convierte en humo toda erupción.
sábado, 19 de julio de 2014
Primavera de palabras.
Se me vino encima la primavera de palabras.
Lluvia de frases y alas de mariposas.
Se me hizo brisa un huracán, un verbo calmó a la bestia.
La poesía derrotó al silencio. Espadas filosas penetraron, el mudo espacio del vacío.
Se me oxidaron los fracasos, murieron de sed mis océanos de la nada.
Florecieron en las sombras las estrellas de la noche clara.
Se me vino encima la eternidad del instante, se me aplastó el tiempo, fracasaron los relojes.
La exuberante, la caótica, la tormenta de palabras.
Las arremolinadas reflexiones, la abrumadora música desordenada.
Se gestan, se revuelcan, danzan en círculos, se escapan de las normas.
La caótica rebelión de las palabras. Palabras que no dicen nada o que dicen todo.
Soledades silenciosas, silencios que intentan una melodía.
Música, vaivén, explosión-estallido, pasos, caminos, zapatos, dinamita.
Canciones que eluden los caminos del pasado, del futuro incierto, del presente ausente.
Aplausos para el azar, que todo lo vuelve posibilidad. Manos al cielo en señal de libertad.
Alas de mariposa, seres alados del color.
Palabras que se montan en la brisa, palabras que en cualquier lugar aterrizan.
Lluvia de frases y alas de mariposas.
Se me hizo brisa un huracán, un verbo calmó a la bestia.
La poesía derrotó al silencio. Espadas filosas penetraron, el mudo espacio del vacío.
Se me oxidaron los fracasos, murieron de sed mis océanos de la nada.
Florecieron en las sombras las estrellas de la noche clara.
Se me vino encima la eternidad del instante, se me aplastó el tiempo, fracasaron los relojes.
La exuberante, la caótica, la tormenta de palabras.
Las arremolinadas reflexiones, la abrumadora música desordenada.
Se gestan, se revuelcan, danzan en círculos, se escapan de las normas.
La caótica rebelión de las palabras. Palabras que no dicen nada o que dicen todo.
Soledades silenciosas, silencios que intentan una melodía.
Música, vaivén, explosión-estallido, pasos, caminos, zapatos, dinamita.
Canciones que eluden los caminos del pasado, del futuro incierto, del presente ausente.
Aplausos para el azar, que todo lo vuelve posibilidad. Manos al cielo en señal de libertad.
Alas de mariposa, seres alados del color.
Palabras que se montan en la brisa, palabras que en cualquier lugar aterrizan.
lunes, 14 de julio de 2014
Hacia una dirección.
Habría que ir hacia una sola dirección, hacia los sueños. Pero la realidad se bifurca, los caminos son infinitos y el hombre tiene que elegir. Estar atado a la libertad es justamente lo que nos libera.
“Se me hizo piedra el corazón, respiro igual”... ¿Con qué necesidad nos reprimimos, cuál es la intención de la civilización? Apagarnos.
La piel se siente mejor cuando de gallina se disfraza. Nuestro cerebro pide a gritos música en el corazón, melodías de guitarra y canciones que te hagan temblar el alma.
No hay nada como la nada y vos, el todo es imperfección. Estar solo, disfrutar de tu soledad y dejar que los silencios te trepen por la espalda.
Habría que ir en una sola dirección. Hacia ninguna en particular. Hacia todos lados y hacia ninguno a la vez. Hacia los sueños si es posible, hacia una realidad con matices oníricos, abriendo bien los ojos y soñando despierto
“Se me hizo piedra el corazón, respiro igual”... ¿Con qué necesidad nos reprimimos, cuál es la intención de la civilización? Apagarnos.
La piel se siente mejor cuando de gallina se disfraza. Nuestro cerebro pide a gritos música en el corazón, melodías de guitarra y canciones que te hagan temblar el alma.
No hay nada como la nada y vos, el todo es imperfección. Estar solo, disfrutar de tu soledad y dejar que los silencios te trepen por la espalda.
Habría que ir en una sola dirección. Hacia ninguna en particular. Hacia todos lados y hacia ninguno a la vez. Hacia los sueños si es posible, hacia una realidad con matices oníricos, abriendo bien los ojos y soñando despierto
jueves, 3 de julio de 2014
Se necesitan dadores de musas para un poeta muerto
Demasiada verdad aburre, por eso la ficción, por eso la literatura.
Escribir lo que se siente con el lenguaje misterioso del adentro. El extraño trabajo de la poesía.
Escribir mundos, inventar los seres que lo habitaran, poner a rodar una historia. Esa maquinaria creadora de universos que no sucedieron pero que están ahí cuando lees.
Tenía 12 años y allí estaba ese libro que me parecía gigantesco, un francés con un nombre que no prometía nada: Julio Verne. Veinte mil leguas de viaje submarino… ¿tantas? ¿Para qué?
Lo que te atrapa no siempre te encarcela. A veces te libera.
Ya no sé cuantos libros leí, no sé cuantas historias pasaron, cuanta poesía fue la que realmente me conmovió. Seguro no fueron tantos libros, no pasaron muchas historias y debe haber sido muy poca poesía, pero el asunto es que me atrapó y al mismo tiempo me liberó.
Aunque no lo crean hay cierta especie de libertad en los libros, es como que uno volara cuando los lee.
Personajes que son lo que querías ser, palabras que hacen música, mundos orbitando el nuestro, no menos reales que este manojo de artificialidades.
Tengo ganas de leerme una biblioteca entera pero, a veces o casi siempre, soy la pereza en su máxima expresión, quisiera escribir mas cosas como ésta pero me cuesta muchísimo encarar la hoja en blanco y ganarle.
Se necesitan malos poetas decía Fogwill:
Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.
Cuando no se tienen ideas hay que vagabundear la hoja, darle vueltas al espacio en blanco, dibujar en él palabras que suenen, palabras que lloren, palabras que rían.
Intentar ser sutil y fracasar y terminar escribiendo trivialidades es por lo menos escribir algo.
Se necesitan malas entradas de blog como ésta, algunos tweets cursis que inspiren un futuro poema, se necesitan dadores de musas para un poeta muerto, para un mediocre sin profundidad, se necesitan latidos que pongan a funcionar un corazón animal que está perdido en el cuerpo de un moderno fracasado, herido por un lenguaje que no puede expresar.
Escribir lo que se siente con el lenguaje misterioso del adentro. El extraño trabajo de la poesía.
Escribir mundos, inventar los seres que lo habitaran, poner a rodar una historia. Esa maquinaria creadora de universos que no sucedieron pero que están ahí cuando lees.
Tenía 12 años y allí estaba ese libro que me parecía gigantesco, un francés con un nombre que no prometía nada: Julio Verne. Veinte mil leguas de viaje submarino… ¿tantas? ¿Para qué?
Lo que te atrapa no siempre te encarcela. A veces te libera.
Ya no sé cuantos libros leí, no sé cuantas historias pasaron, cuanta poesía fue la que realmente me conmovió. Seguro no fueron tantos libros, no pasaron muchas historias y debe haber sido muy poca poesía, pero el asunto es que me atrapó y al mismo tiempo me liberó.
Aunque no lo crean hay cierta especie de libertad en los libros, es como que uno volara cuando los lee.
Personajes que son lo que querías ser, palabras que hacen música, mundos orbitando el nuestro, no menos reales que este manojo de artificialidades.
Tengo ganas de leerme una biblioteca entera pero, a veces o casi siempre, soy la pereza en su máxima expresión, quisiera escribir mas cosas como ésta pero me cuesta muchísimo encarar la hoja en blanco y ganarle.
Se necesitan malos poetas decía Fogwill:
Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.
Cuando no se tienen ideas hay que vagabundear la hoja, darle vueltas al espacio en blanco, dibujar en él palabras que suenen, palabras que lloren, palabras que rían.
Intentar ser sutil y fracasar y terminar escribiendo trivialidades es por lo menos escribir algo.
Se necesitan malas entradas de blog como ésta, algunos tweets cursis que inspiren un futuro poema, se necesitan dadores de musas para un poeta muerto, para un mediocre sin profundidad, se necesitan latidos que pongan a funcionar un corazón animal que está perdido en el cuerpo de un moderno fracasado, herido por un lenguaje que no puede expresar.
jueves, 12 de junio de 2014
En las noches
El universo de los detalles, el espacio que separa los silencios de los ruidos.
Esa misteriosa materia oscura que habita en las soledades más sombrías.
Allí donde sucumben las ilusiones, donde se duermen los sueños, donde permanecen inalterables las ganas de existir.
Allí, en las noches.
Huir de la realidad, escaparse de los sueños, ser un fugitivo crónico.
Navegar en los mares de la indiferencia, habitar las islas de la nada.
Tener el corazón frio y no hacer nada para calentarlo un poquito.
Sentir la muerte en la cara y no tenerle miedo, perder la condición de ser humano.
Todo eso, allí en las noches.
Esa misteriosa materia oscura que habita en las soledades más sombrías.
Allí donde sucumben las ilusiones, donde se duermen los sueños, donde permanecen inalterables las ganas de existir.
Allí, en las noches.
Huir de la realidad, escaparse de los sueños, ser un fugitivo crónico.
Navegar en los mares de la indiferencia, habitar las islas de la nada.
Tener el corazón frio y no hacer nada para calentarlo un poquito.
Sentir la muerte en la cara y no tenerle miedo, perder la condición de ser humano.
Todo eso, allí en las noches.
viernes, 6 de junio de 2014
Lenguaje de los cuerpos, lo que me comunica un rostro.
La cantidad de silencios que contienen los cuerpos, la cantidad de gestos que nos hablan sin hablarnos, los gritos mudos de nuestro adentro.
Tanto por escuchar del otro y tan taponados los oídos con nuestro ego.
Leer en los ojos de otros, cuentos que nos atrapan, miradas que nos conmueven.
Poesía en las sonrisas, melancolía en las mejillas.
Hay lágrimas con melodías, tristezas que son canciones, guitarras que ejecutan un solo de silencios en la oscura dimensión de un rostro.
Tanto por escuchar del otro y tan taponados los oídos con nuestro ego.
Leer en los ojos de otros, cuentos que nos atrapan, miradas que nos conmueven.
Poesía en las sonrisas, melancolía en las mejillas.
Hay lágrimas con melodías, tristezas que son canciones, guitarras que ejecutan un solo de silencios en la oscura dimensión de un rostro.
miércoles, 4 de junio de 2014
La plaza
La violencia de tus labios, la violencia de tus besos.
Mi ser ahí, pequeñito, diminuto ante el cosmos de tu rostro.
Pequeños estallidos de silencio, tu mirada perfumada.
Grandes y esporádicas sonrisas llenan de colores la brisa.
La plaza nos esta mirando, hay en los arboles ojos que vigilan.
El pasto demasiado verde, casi irreal.
Insectos danzando narcóticamente alrededor de una flor amarilla.
El tiempo es lento, todo el entorno se vuelve armonía.
Niños jugando a ser adultos, las hamacas que insisten, los cuerpos ceden, se columpian.
Mi ser ahí, pequeñito, diminuto ante el cosmos de tu rostro.
Pequeños estallidos de silencio, tu mirada perfumada.
Grandes y esporádicas sonrisas llenan de colores la brisa.
La plaza nos esta mirando, hay en los arboles ojos que vigilan.
El pasto demasiado verde, casi irreal.
Insectos danzando narcóticamente alrededor de una flor amarilla.
El tiempo es lento, todo el entorno se vuelve armonía.
Niños jugando a ser adultos, las hamacas que insisten, los cuerpos ceden, se columpian.
sábado, 31 de mayo de 2014
Suena Sonic Youth en mi viejo equipo Aiwa.
Las neuronas se te llenan de pensamientos que arden, tus ideas queman, hay chispazos en tu mirada, se prende fuego el sábado.
Suena Sonic Youth en mi viejo equipo Aiwa.
Y también bandas británicas para corazones argentinos.
Y también bandas británicas para corazones argentinos.
La música no tiene nacionalidad, la música es del universo.
Evocando alcohólicas escenas pasadas , riéndome en la soledad de la tarde, busco que el tiempo y la vida disfruten de mi.
Hay distorsiones de guitarra atravesando mi cuerpo, voces extranjeras que son bienvenidas, tardes de sábado despertando al ritmo de las cuerdas.
lunes, 26 de mayo de 2014
De alguna manera
Es fácil romper un sueño, ellos son frágiles y la realidad es dura y al chocar entre si el resultado es evidente.
Es fácil contemplar las cosas desde un planeta onírico, difícil es que los caballos alados sobrevuelen la ruta 22.
De alguna manera siempre estamos aferrándonos a esa facilidad, evadiendo de manera hermosa, la aspereza de los pies en la corteza.
De alguna manera los libros te llegan, los poetas te encuentran, la poesía te persigue.
De alguna manera ese mundo te atrapa, de alguna manera no podes salir de él.
Las palabras tienen contornos misteriosos y muchos matices.
Las palabras tienen filo, las palabras son cuchillos.
De alguna manera los azares se conjugan, se confabulan.
La suerte conspira a favor o en contra tuyo, de alguna manera caes en el centro de la casualidad y el universo sucede.
Es fácil contemplar las cosas desde un planeta onírico, difícil es que los caballos alados sobrevuelen la ruta 22.
De alguna manera siempre estamos aferrándonos a esa facilidad, evadiendo de manera hermosa, la aspereza de los pies en la corteza.
De alguna manera los libros te llegan, los poetas te encuentran, la poesía te persigue.
De alguna manera ese mundo te atrapa, de alguna manera no podes salir de él.
Las palabras tienen contornos misteriosos y muchos matices.
Las palabras tienen filo, las palabras son cuchillos.
De alguna manera los azares se conjugan, se confabulan.
La suerte conspira a favor o en contra tuyo, de alguna manera caes en el centro de la casualidad y el universo sucede.
domingo, 25 de mayo de 2014
Derrotando miedos.
Asustar fobias, aplastar inseguridades, gran parte de la vida consiste en ir por el mundo derrotando miedos.
Miedos que caen. Pequeños pasos para el hombre, grandes saltos para la humanidad.
“A las bestias quiero cubrir de burbujas”, a los silencios hay que cantarlos bien fuerte.
Establecer rutinas para destruir rutinas, aplicar la ley del “vivir solo cuesta vida”, escaparse del mundo cuadrado y abrir la mente para tirar los prejuicios por la ventana.
Miedos que caen. Pequeños pasos para el hombre, grandes saltos para la humanidad.
“A las bestias quiero cubrir de burbujas”, a los silencios hay que cantarlos bien fuerte.
Establecer rutinas para destruir rutinas, aplicar la ley del “vivir solo cuesta vida”, escaparse del mundo cuadrado y abrir la mente para tirar los prejuicios por la ventana.
sábado, 17 de mayo de 2014
La insoportable frustración del ser
La noche duerme silenciosa. Hay un silencio desnudo danzando en el aire.
La hoja del Word tartamudea, el cursor titilante y ansioso quiere gritar.
En la blancura de la página empiezan a volcarse palabras llenas de sombras.
No hay unidad, hay dispersión. Hay letras sueltas que de manera esforzada se juntan para formar palabras.
Palabras vacías, palabras mudas, palabras que no aprendieron a gritar.
Y entonces mi cabeza repite: Sentarse a pensar un poema no es poesía.
La noche duerme silenciosa y el insomnio, que despierta de la siesta, nada en los mares del silencio.
Hay un latir lento en el corazón de los recuerdos, una respiración nostálgica en la memoria.
La mente dinamita todo lo que toca. En cualquier momento un estallido de reflexiones prende fuego al poema.
La musicalidad fracasa y la insoportable frustración del ser lo hace arrojar palabras por doquier.
La noche duerme silenciosa. El tic tac del reloj, los quejidos de la heladera, el ruidito de las teclas al escribir, el hermoso musical de los silencios nocturnos.
La hoja del Word tartamudea, el cursor titilante y ansioso quiere gritar.
En la blancura de la página empiezan a volcarse palabras llenas de sombras.
No hay unidad, hay dispersión. Hay letras sueltas que de manera esforzada se juntan para formar palabras.
Palabras vacías, palabras mudas, palabras que no aprendieron a gritar.
Y entonces mi cabeza repite: Sentarse a pensar un poema no es poesía.
La noche duerme silenciosa y el insomnio, que despierta de la siesta, nada en los mares del silencio.
Hay un latir lento en el corazón de los recuerdos, una respiración nostálgica en la memoria.
La mente dinamita todo lo que toca. En cualquier momento un estallido de reflexiones prende fuego al poema.
La musicalidad fracasa y la insoportable frustración del ser lo hace arrojar palabras por doquier.
La noche duerme silenciosa. El tic tac del reloj, los quejidos de la heladera, el ruidito de las teclas al escribir, el hermoso musical de los silencios nocturnos.
sábado, 10 de mayo de 2014
El Beso
Cuando por fin nuestros silencios se callaron nuestros besos hablaron.
Y entonces ejercimos la violencia del amor.
Un instante antes ella estaba tensa, me mirada con nerviosismo.
Sus ojos latían.
Yo le quería decir todos mis silencios pero sus ojos no dejaban de hablarme.
Yo quería establecer el imperio del amor en esos labios de color cereza y dejar que mi mirada muriera allí.
Y entonces dije: “si no vas a decirme todos tus silencios mejor cállate” y la besé.
Y entonces ejercimos la violencia del amor.
Un instante antes ella estaba tensa, me mirada con nerviosismo.
Sus ojos latían.
Yo le quería decir todos mis silencios pero sus ojos no dejaban de hablarme.
Yo quería establecer el imperio del amor en esos labios de color cereza y dejar que mi mirada muriera allí.
Y entonces dije: “si no vas a decirme todos tus silencios mejor cállate” y la besé.
martes, 6 de mayo de 2014
La luminosidad de los oscuros momentos
Es bueno tener en claro que a veces la oscuridad es otra luz y que aun en la ceguera total se puede llegar a ver. Los momentos que parecen mas terribles, aquellos que parecen destruir todo lo que somos, nos reconstruyen, nos combustionan la vida. Luego del gran infierno que parece todo quemarlo la vida se abre paso caminando entre las brasas.
Somos potencialidad. Energía en estado adormecido. Fuego inmenso en forma de llama pequeña. Ardemos tímidamente aun sabiendo que podemos ser la gran fogata que descongele al corazón.
Y entonces llega ese momento oscuro, ese instante salvador que nos despierta. Esa hermosa bofetada que nos despabila, la cruda rudeza de la vida chocándonos a 180 kilómetros por hora. La muerte de alguien demasiado cercano que nos recuerda lo frágiles que somos, la perdida de algún amor, la traición de un amigo que mas que amigo era un hermano, momentos oscuros llenos de luz, instantes fugaces que nos despiertan, momentos que desencadenan una serie de reflexiones que tocan fondo. Y en aquel fondo esa pequeña llama que yacía estática y adormecida estalla. Un big bang interior se desata y tu materia y tu energía se liberan, de pronto sos un universo de posibilidades, una compleja maraña de emociones. De pronto, la vida, la luz.
Somos potencialidad. Energía en estado adormecido. Fuego inmenso en forma de llama pequeña. Ardemos tímidamente aun sabiendo que podemos ser la gran fogata que descongele al corazón.
Y entonces llega ese momento oscuro, ese instante salvador que nos despierta. Esa hermosa bofetada que nos despabila, la cruda rudeza de la vida chocándonos a 180 kilómetros por hora. La muerte de alguien demasiado cercano que nos recuerda lo frágiles que somos, la perdida de algún amor, la traición de un amigo que mas que amigo era un hermano, momentos oscuros llenos de luz, instantes fugaces que nos despiertan, momentos que desencadenan una serie de reflexiones que tocan fondo. Y en aquel fondo esa pequeña llama que yacía estática y adormecida estalla. Un big bang interior se desata y tu materia y tu energía se liberan, de pronto sos un universo de posibilidades, una compleja maraña de emociones. De pronto, la vida, la luz.
sábado, 3 de mayo de 2014
Los Monitos asesinos
Los seres humanos estamos armados. Tenemos un arsenal de emociones que utilizamos diariamente para nuestras guerras internas. Reír y llorar, escudos y cañones.
Detrás de nuestra aparente pasividad hay un animal activo. Un carnívoro depredador de los demás. Permanece oculto, agazapado. Y en cualquier momento salta al cuello de alguien.
Esa violencia burda que a veces se manifiesta en las redes sociales como Twitter y Facebook, la violencia del ciudadano común, pone al descubierto el descontento por llevar una vida mediocre, sin aventuras, sin amor , rutinaria. Esa exaltación del ego y esa constante agresión a través de indirectas o directas, esa artillería usada desmesuradamente contra algún otro que ni siquiera conozco pero que quiero aniquilar.
Los seres que hace millones de años bajaron de un árbol, aquellos que dejaron hace mucho de comer frutas hoy mas que nunca se dedican a cazar. Pero la presa capturada no es solo su alimento, es también un trofeo para mostrar, para jactarse de haber triunfado. Pero ¿a quien le gana el que anula al otro? La respuesta que se me ocurre es que no solo no le gana a nadie sino que pierde contra si mismo. La derrota es no poder aceptar una diferencia y establecer a partir de ella algún vínculo que permita la sociabilidad, en el mejor sentido de la palabra. Llegar al otro se torna difícil si todo el tiempo estamos tratando de imponer nuestro YO.
YO, YO y solo YO y el otro es alguien al que debo comerme, para alimentar mi ego, para saciar la sed de matar, para volver allí a las planicies de África, no siendo un león pero si alguien con una impresionante capacidad de matar.
Detrás de nuestra aparente pasividad hay un animal activo. Un carnívoro depredador de los demás. Permanece oculto, agazapado. Y en cualquier momento salta al cuello de alguien.
Esa violencia burda que a veces se manifiesta en las redes sociales como Twitter y Facebook, la violencia del ciudadano común, pone al descubierto el descontento por llevar una vida mediocre, sin aventuras, sin amor , rutinaria. Esa exaltación del ego y esa constante agresión a través de indirectas o directas, esa artillería usada desmesuradamente contra algún otro que ni siquiera conozco pero que quiero aniquilar.
Los seres que hace millones de años bajaron de un árbol, aquellos que dejaron hace mucho de comer frutas hoy mas que nunca se dedican a cazar. Pero la presa capturada no es solo su alimento, es también un trofeo para mostrar, para jactarse de haber triunfado. Pero ¿a quien le gana el que anula al otro? La respuesta que se me ocurre es que no solo no le gana a nadie sino que pierde contra si mismo. La derrota es no poder aceptar una diferencia y establecer a partir de ella algún vínculo que permita la sociabilidad, en el mejor sentido de la palabra. Llegar al otro se torna difícil si todo el tiempo estamos tratando de imponer nuestro YO.
YO, YO y solo YO y el otro es alguien al que debo comerme, para alimentar mi ego, para saciar la sed de matar, para volver allí a las planicies de África, no siendo un león pero si alguien con una impresionante capacidad de matar.
viernes, 2 de mayo de 2014
Soledades y distancias.
Hay Corazones llenos de silencios que cantan sin ser oídos.
Latidos mudos haciendo canciones de amor.
Y en el medio soledades y distancias.
Latidos mudos haciendo canciones de amor.
Y en el medio soledades y distancias.
Cuerpos repletos de pasiones, almas llenas de sed.
Contenidos vacuos llenando corazones vacíos.
Y en el medio soledades y distancias.
Contenidos vacuos llenando corazones vacíos.
Y en el medio soledades y distancias.
Hay paredes que caen con el paso del tiempo.
Recuerdos que rebotan de un lugar a otro.
Hay ilusiones que se desvanecen y realidades suicidas.
Y en el medio soledades y distancias.
Recuerdos que rebotan de un lugar a otro.
Hay ilusiones que se desvanecen y realidades suicidas.
Y en el medio soledades y distancias.
Hay voces que ya no gritan, emociones que ya no cantan.
Hay un cadáver que puede respirar y un corazón muerto.
Hay en el aire silencios que alguien dejo escapar y hay también trivialidades que narcotizan el pensar.
Hay un cadáver que puede respirar y un corazón muerto.
Hay en el aire silencios que alguien dejo escapar y hay también trivialidades que narcotizan el pensar.
Pero hay, sobre todo, soledades y distancias.
martes, 22 de abril de 2014
Popurrí de breves reflexiones de homo sapien.
De masas, monitos y evolución.
El efecto multiplicador de la masa hace violento al tipo mas pacifico. Un tipo tira una piedra y miles tiran otra. El efecto contagio de la masa hace reír al tipo mas malhumorado. Un tipo ríe y enciende el mecanismo de la risa en miles de rostros. Dicen muchos sociólogos y filósofos que han estudiado a fondo el fenómeno de las masas y la psicología colectiva que en la masa no hay personas, no hay rostros, la masa es un solo individuo y que “El individuo integrado en una multitud, adquiere, por el simple hecho del número, un sentimiento de potencia invencible, merced al cual puede permitirse ceder a instintos que, antes, como individuo aislado, hubiera refrenado forzosamente”
Somos monitos de 4 millones de años de evolución mental, somos seres llenos de violencia y repletos también de paz. En un mismo ser se puede encontrar lo sublime, lo poético y también la bestialidad animal, la violencia y la guerra.
Leer y escribir, su hermosa inutilidad.
Leer y también escribir es inútil. Con leer “El libro de la arena” no voy a conseguir trabajo. Escribir en un blog no me va a dar la experiencia laboral que piden las empresas dedicadas a la contaduría y la administración financiera. Cortázar es hermoso, atrapante, raro y genial pero no puedo poner en mi curriculum que leí “Rayuela” o “Historia de cronopios y de famas”. ¿O si?
Borges era un ciego que veía todo. Se quedó ciego en el mismo momento en que era nombrado director de la biblioteca nacional donde hasta ese momento había 900.000 volúmenes. Parafraseando al Diego se podría decir que a Borges le cortaron las piernas. ¿Pero, quien le cortó las piernas? Dios. Que con magnifica ironía le dio a la vez los libros y la noche.
Escribo para escaparle a la finitud de la vida. Escribo para ser inmortal…y también porque mis temores se manifiestan en forma de palabras. Escribo porque siento que la poesía me persigue y no tengo ganas de escaparle.
The Beatles, Los Redondos, Sócrates.
Podría estar toda una tarde y unas cuantas noches escuchando música de estos gigantes. Me gustaría quedarme sordo de tanto Abbey Road, de demasiado Luzbelito.
¿Cómo se explica lo que sucede en el ámbito de las emociones? ¿Quién puede explicar de manera eficaz y elocuente lo que siente el corazón ante una música que recorre desde los tímpanos hasta cada una de tus venas todo tu cuerpo? Hacer estas preguntas no implica que este deseoso de respuestas. Sócrates y yo sabemos que no sabemos nada. Esa ignorancia nos hace humanos y no podemos explicarlo todo con absoluta certeza. De todas maneras no necesito certezas, necesito sentir. Sentir y nada más que eso.
El efecto multiplicador de la masa hace violento al tipo mas pacifico. Un tipo tira una piedra y miles tiran otra. El efecto contagio de la masa hace reír al tipo mas malhumorado. Un tipo ríe y enciende el mecanismo de la risa en miles de rostros. Dicen muchos sociólogos y filósofos que han estudiado a fondo el fenómeno de las masas y la psicología colectiva que en la masa no hay personas, no hay rostros, la masa es un solo individuo y que “El individuo integrado en una multitud, adquiere, por el simple hecho del número, un sentimiento de potencia invencible, merced al cual puede permitirse ceder a instintos que, antes, como individuo aislado, hubiera refrenado forzosamente”
Somos monitos de 4 millones de años de evolución mental, somos seres llenos de violencia y repletos también de paz. En un mismo ser se puede encontrar lo sublime, lo poético y también la bestialidad animal, la violencia y la guerra.
Leer y escribir, su hermosa inutilidad.
Leer y también escribir es inútil. Con leer “El libro de la arena” no voy a conseguir trabajo. Escribir en un blog no me va a dar la experiencia laboral que piden las empresas dedicadas a la contaduría y la administración financiera. Cortázar es hermoso, atrapante, raro y genial pero no puedo poner en mi curriculum que leí “Rayuela” o “Historia de cronopios y de famas”. ¿O si?
Borges era un ciego que veía todo. Se quedó ciego en el mismo momento en que era nombrado director de la biblioteca nacional donde hasta ese momento había 900.000 volúmenes. Parafraseando al Diego se podría decir que a Borges le cortaron las piernas. ¿Pero, quien le cortó las piernas? Dios. Que con magnifica ironía le dio a la vez los libros y la noche.
Escribo para escaparle a la finitud de la vida. Escribo para ser inmortal…y también porque mis temores se manifiestan en forma de palabras. Escribo porque siento que la poesía me persigue y no tengo ganas de escaparle.
The Beatles, Los Redondos, Sócrates.
Podría estar toda una tarde y unas cuantas noches escuchando música de estos gigantes. Me gustaría quedarme sordo de tanto Abbey Road, de demasiado Luzbelito.
¿Cómo se explica lo que sucede en el ámbito de las emociones? ¿Quién puede explicar de manera eficaz y elocuente lo que siente el corazón ante una música que recorre desde los tímpanos hasta cada una de tus venas todo tu cuerpo? Hacer estas preguntas no implica que este deseoso de respuestas. Sócrates y yo sabemos que no sabemos nada. Esa ignorancia nos hace humanos y no podemos explicarlo todo con absoluta certeza. De todas maneras no necesito certezas, necesito sentir. Sentir y nada más que eso.
viernes, 18 de abril de 2014
El silencio es invisible a los tímpanos.
“¿No has visto que el silencio se adueña del
paisaje cuando el viento se retira y deja de sacudir las ramas?” Zhuangzi
El silencio es invisible a los tímpanos. Pero se lo puede ver con la lengua y con un poco de sinestesia. Es de sabor celeste y de textura aguda. Habita en espacios habitados por palabras sordas, en países de miradas mudas, en planetas de sofocante soledad.
Se bifurcan los caminos de azúcar, se endulza la vida con la amargura de la muerte. El silencio transita esos caminos, se come el azúcar, endulza su alma, llama mediante suspiros a la muerte.
El silencio rompe la estructura de los ruidos, le inyecta desorden al caótico orden del mundo.
Tropezar es caída, volar es estar pegado al suelo y sacar provecho de la gravedad. El silencio es gravedad, no se ve, pero esta ahí y se siente.
Aparece como si nada. En las diversas maneras del silencio la vida se abre paso y el mundo habla.
Ahora bien, ¿Cuáles son esas diversas maneras del silencio?... La respuesta es que no las sé todas. Pero estas son algunas pocas, algunas muchas:
Un silencio desordenado habitando canciones frenéticas.
Un silencio oscuro frecuentando soledades que resplandecen.
Un silencio que grita en la cima de una montaña buscando un eco que jamás encontrara.
Un silencio desenfrenado fluyendo en el aire espeso.
Un silencio con insomnio, un solitario silencio nocturno.
Un silencio que nace espontáneamente luego de que la brisa cante con los arboles.
Silencio en formas diversas. De redondeados bordes, silencios de puntas filosas, silencios como dagas que penetran corazones solitarios.
Silencios en busca de una voz propia, de un mudo que sepa gritar.
Silencio luego del tic y antes del tac. Silencio existencial.
Silencio que robustece las horas de angustia, que hace fuerte a la enfermiza soledad.
Silencio que cae de gota en gota de una canilla mal cerrada.
Silencio con cara de cronopio. Silencio literario. Silencio que forma palabras que lo nombran sin nombrarlo.
Silencio de haiku.
Silencio de poéticas imágenes.
Silencio, silencio, silencio.
Silencio…
martes, 15 de abril de 2014
The final cut
Cuando aparece el color de la música aparecen también todos los grises.
Hay una sonrisa de guitarra, una felicidad musical.
Hay en toda la canción una sustancia misteriosa.
Un dolor cardiaco, dulce y punzante, un éxtasis inquietante.
De las paredes emana un calor extraño con aromas a fantasías de otro tiempo.
El tiempo duerme pero despiertan los instantes.
The final cut. Canción desgarradora y hermosamente melancólica.
Hay una sonrisa de guitarra, una felicidad musical.
Hay en toda la canción una sustancia misteriosa.
Un dolor cardiaco, dulce y punzante, un éxtasis inquietante.
De las paredes emana un calor extraño con aromas a fantasías de otro tiempo.
El tiempo duerme pero despiertan los instantes.
The final cut. Canción desgarradora y hermosamente melancólica.
lunes, 14 de abril de 2014
Algún infierno
Mis ojos escucharon el crepitar del silencio. Las llamas me devoraban. En un infierno de aparente soledad me cocinaba en un fuego lento pero implacable. Demonios se reían a lo lejos, demonios invisibles, de carcajadas ensordecedoras. De endemoniadas burlas era victima.
Un gigantesco espacio en negro, sin la posibilidad de divisar lo lejano, lo cercano, sin la posibilidad de percibir las distancias.
Imágenes a toda velocidad pasaban por mi mente: Restos de arcángeles llenos de sangre, rostros de amigos agusanados, animales desnutridos con ojos exageradamente grandes, pájaros negros con cara de murciélago.
Ruidos de agonías, quejidos de seres moribundos, lluvia de alguna extraña mucosidad semilíquida de indescriptible pegajosidad.
Tener la sensación de mover los brazos y de ordenar a las piernas la huida a toda velocidad pero darse cuenta luego de que no hay brazos, de que no hay piernas. Darse cuenta de que solo sos una cabeza.
Los ojos terriblemente asustados, los ojos queriendo ver algo y no pudiendo ver nada más que solo negro espacio. Oscuridad que aturde, oscuridad que desata la locura y suelta mis fantasmas. Y son ellos los que comienzan a comerme.
Sensación de querer despertar ya que la escena se me hace tan extraña que no puede ser otra cosa que un sueño horrible, una pesadilla compleja de razones sombrías.
Desperté, me levanté – o al menos eso parecía - y busqué con mis brazos el interruptor de la luz. No encontré la pared, no encontré nada. Y de pronto esa misma sensación de sentir los brazos pero darme cuenta de que siguen no estando y tampoco no están mis piernas y darme cuenta de que sigo siendo una cabeza.
Un gigantesco espacio en negro, sin la posibilidad de divisar lo lejano, lo cercano, sin la posibilidad de percibir las distancias.
Imágenes a toda velocidad pasaban por mi mente: Restos de arcángeles llenos de sangre, rostros de amigos agusanados, animales desnutridos con ojos exageradamente grandes, pájaros negros con cara de murciélago.
Ruidos de agonías, quejidos de seres moribundos, lluvia de alguna extraña mucosidad semilíquida de indescriptible pegajosidad.
Tener la sensación de mover los brazos y de ordenar a las piernas la huida a toda velocidad pero darse cuenta luego de que no hay brazos, de que no hay piernas. Darse cuenta de que solo sos una cabeza.
Los ojos terriblemente asustados, los ojos queriendo ver algo y no pudiendo ver nada más que solo negro espacio. Oscuridad que aturde, oscuridad que desata la locura y suelta mis fantasmas. Y son ellos los que comienzan a comerme.
Sensación de querer despertar ya que la escena se me hace tan extraña que no puede ser otra cosa que un sueño horrible, una pesadilla compleja de razones sombrías.
Desperté, me levanté – o al menos eso parecía - y busqué con mis brazos el interruptor de la luz. No encontré la pared, no encontré nada. Y de pronto esa misma sensación de sentir los brazos pero darme cuenta de que siguen no estando y tampoco no están mis piernas y darme cuenta de que sigo siendo una cabeza.
jueves, 10 de abril de 2014
Dicen y dicen, yo digo esto
Dicen que esta generación de pibes no lee libros. Dicen que solo leen tweets y estados de Facebook. Dicen que no hay novedades en el mundo de la música Rock, que nadie crea estilos nuevos, que todos repiten formas viejas y combinan los sonidos clásicos para producir una música que contiene todas las fusiones posibles pero que por si misma no aporta nada novedoso.
Dicen que el mundo esta perdido, que la cultura esta en jaque, que las pantallas que contienen toda la información, ese universo infinito llamado internet, esta volviéndonos menos sensibles y mas propensos a la estupidez.
Dicen que la violencia crece, que los poetas murieron y que la paz esta intranquila. Una nueva guerra se vislumbra. La guerra por el agua en el planeta del agua. El planeta hierve, los corazones se congelan, el medio ambiente esta medio liquidado.
Y en este pesimismo reinante yo intento salvar mi mundo escribiendo un poema y no les creo o no quiero creerles a los que “dicen”.
Quiero ser un distinto y siempre caigo en lo común, quiero ser inmortal y al mismo tiempo quiero morirme ya. En esta vida el que no siente es piedra, el que no respira es aire impuro, el que no canta no tiene alma.
Dos piernas, dos brazos, dos hemisferios en mi cerebro, dos ojos y un infinito de miradas.
Dicen que el mundo esta perdido, que la cultura esta en jaque, que las pantallas que contienen toda la información, ese universo infinito llamado internet, esta volviéndonos menos sensibles y mas propensos a la estupidez.
Dicen que la violencia crece, que los poetas murieron y que la paz esta intranquila. Una nueva guerra se vislumbra. La guerra por el agua en el planeta del agua. El planeta hierve, los corazones se congelan, el medio ambiente esta medio liquidado.
Y en este pesimismo reinante yo intento salvar mi mundo escribiendo un poema y no les creo o no quiero creerles a los que “dicen”.
Quiero ser un distinto y siempre caigo en lo común, quiero ser inmortal y al mismo tiempo quiero morirme ya. En esta vida el que no siente es piedra, el que no respira es aire impuro, el que no canta no tiene alma.
Dos piernas, dos brazos, dos hemisferios en mi cerebro, dos ojos y un infinito de miradas.
miércoles, 9 de abril de 2014
Mentes dementes a base de amor
De mentes pequeñas nunca saldrán grandes ideas.
Una mente grande es aquella que no solo sabe volar sino también aquella que elige por cuales cielos hacerlo.
Una mente que eluda los lugares comunes, que orbite los planetas más extraños.
Una mente que gambeteé a los pensamientos cuadrados y le haga goles al status quo.
Una mente más bien demente que tenga como anhelo la hermosa locura.
Una mente que imagine mundos en cuyo suelo crezcan grandes canciones de azulados coros de niños.
Una mente de soledades creadoras, de sinapsis que hagan estallar neuronas, de pensamientos como fuegos, de ideas que queman.
Una mente que no agote nunca el combustible infinito de la imaginación inacabable.
Una mente para corazones que piensan, para latidos que razonan a base de amor.
Una mente grande es aquella que no solo sabe volar sino también aquella que elige por cuales cielos hacerlo.
Una mente que eluda los lugares comunes, que orbite los planetas más extraños.
Una mente que gambeteé a los pensamientos cuadrados y le haga goles al status quo.
Una mente más bien demente que tenga como anhelo la hermosa locura.
Una mente que imagine mundos en cuyo suelo crezcan grandes canciones de azulados coros de niños.
Una mente de soledades creadoras, de sinapsis que hagan estallar neuronas, de pensamientos como fuegos, de ideas que queman.
Una mente que no agote nunca el combustible infinito de la imaginación inacabable.
Una mente para corazones que piensan, para latidos que razonan a base de amor.
domingo, 6 de abril de 2014
Nada pasa.
Un arcoíris en escala de grises. Sonidos mudos de silencios que cantan.
La noche asesinó la tenue luz que iluminaba mi opaco rostro.
Las ideas bailan una danza macabra, invocan cuentos de terror y poemas lúgubres.
Yo estoy solo, lo cual no es ninguna novedad. Yo estoy en las nubes, lo cual tampoco.
Termine de leer esa novela de Paul Auster, la de Héctor Mann.
Y ahora en este preciso instante nada pasa. Escribo esto.
La noche asesinó la tenue luz que iluminaba mi opaco rostro.
Las ideas bailan una danza macabra, invocan cuentos de terror y poemas lúgubres.
Yo estoy solo, lo cual no es ninguna novedad. Yo estoy en las nubes, lo cual tampoco.
Termine de leer esa novela de Paul Auster, la de Héctor Mann.
Y ahora en este preciso instante nada pasa. Escribo esto.
martes, 7 de enero de 2014
Sueños canabicos (o surrealistas) de un mono cósmico
De sueño en sueño, atravesando el universo de una almohada.
Olfateando los aromas de oníricas plantaciones violetas.
Trasladándome por medio de la levitación del alma.
Siendo brisa que inunda el aire con lentitud aérea.
Llegando al fondo de los miedos por medio de confusos personajes.
Allí, voy danzando narcóticamente por el paisaje de los sueños.
Allí, voy susurrando canciones que hablan de algún edén.
Estrellándome contra superficies castigadas por el color.
Llenando el universo con ilusiones de astro, con sueños de cósmicos placeres.
Allí, de pronto suenan las estruendosas campanadas y el ambiente se llena de un aire melancólico.
Allí, no hay razones para llorar pero sentimientos de todo tipo te habitan.
Quiero mimetizarme en los colores pero soy invisible, el espejo de gigantescas proporciones que permanece acostado hacia el oeste no me refleja.
Quiero eludir el fantasmal delirio de las melodías y su hipnotizante locura musical, pero soy parte de la canción.
De pronto, un manojo de proporciones descomunales de polvo cósmico se aglutina hasta no dar más de tanta masa.
Una explosión, que luego seres de inteligencia superior llamaran Big-bang, se produce en el corazón de la materia oscura.
Mucho átomo, mucha molécula, mucha reacción química…y de pronto el mono cósmico que piensa.
La inteligencia superior toma la posta, el mundo esta perdido.
Olfateando los aromas de oníricas plantaciones violetas.
Trasladándome por medio de la levitación del alma.
Siendo brisa que inunda el aire con lentitud aérea.
Llegando al fondo de los miedos por medio de confusos personajes.
Allí, voy danzando narcóticamente por el paisaje de los sueños.
Allí, voy susurrando canciones que hablan de algún edén.
Estrellándome contra superficies castigadas por el color.
Llenando el universo con ilusiones de astro, con sueños de cósmicos placeres.
Allí, de pronto suenan las estruendosas campanadas y el ambiente se llena de un aire melancólico.
Allí, no hay razones para llorar pero sentimientos de todo tipo te habitan.
Quiero mimetizarme en los colores pero soy invisible, el espejo de gigantescas proporciones que permanece acostado hacia el oeste no me refleja.
Quiero eludir el fantasmal delirio de las melodías y su hipnotizante locura musical, pero soy parte de la canción.
De pronto, un manojo de proporciones descomunales de polvo cósmico se aglutina hasta no dar más de tanta masa.
Una explosión, que luego seres de inteligencia superior llamaran Big-bang, se produce en el corazón de la materia oscura.
Mucho átomo, mucha molécula, mucha reacción química…y de pronto el mono cósmico que piensa.
La inteligencia superior toma la posta, el mundo esta perdido.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
