Cuando aparece el color de la música aparecen también todos los grises.
Hay una sonrisa de guitarra, una felicidad musical.
Hay en toda la canción una sustancia misteriosa.
Un dolor cardiaco, dulce y punzante, un éxtasis inquietante.
De las paredes emana un calor extraño con aromas a fantasías de otro tiempo.
El tiempo duerme pero despiertan los instantes.
The final cut. Canción desgarradora y hermosamente melancólica.
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