sábado, 10 de mayo de 2014

El Beso

Cuando por fin nuestros silencios se callaron nuestros besos hablaron.
Y entonces ejercimos la violencia del amor.
Un instante antes ella estaba tensa, me mirada con nerviosismo.
Sus ojos latían.
Yo le quería decir todos mis silencios pero sus ojos no dejaban de hablarme.
Yo quería establecer el imperio del amor en esos labios de color cereza y dejar que mi mirada muriera allí.
Y entonces dije: “si no vas a decirme todos tus silencios mejor cállate” y la besé.

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