Las palabras brotan pero no forman árboles.
No hay unidad hay dispersión.
La palabra agua no quiere amigarse con la palabra fuego.
La palabra pasión empezó a detestar a la palabra amor.
Las palabras se miran de reojo, susurran, hablan de las demás.
Las palabras se insultan entre sí, se terminan odiando.
Ninguna quiere trabajar por el bien del poema.
No hay unidad hay dispersión.
Las palabras se envidian entre sí.
La palabra pasado detesta a la palabra futuro, la odia porque está llena de esperanzas, de ilusiones.
Las Palabras que se duermen y tienen pesadillas, las palabras que sueñan con un silencio cadavérico que las acecha, las atrapa y las expulsa del paraíso del lenguaje.
Las Palabras que sueñan con una música que no le puedo dar.
Las Palabras que se muerden, se despedazan y se engullen a sí mismas.
Las palabras…tan humanas.
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