jueves, 30 de julio de 2015

El poderío de la palabra amor.

No conozco una palabra tan cargada de sentidos como la palabra amor.
El amor es tantas cosas que ya no sé sabe muy bien qué es.
El amor es la fascinación por algún otro que supuestamente nos completa. Esa metáfora de la media naranja. El amor verdadero implicaría en tal caso el descubrimiento de nuestro YO más completo que estaría contenido en otro.
El amor es también esa idea burguesa, ese manojo enorme de lugares comunes, donde se encuentran al mismo tiempo los besos apasionados, los bombones, las flores y la telenovela cursi de las 4 de la tarde.
Amor es el de Romeo y Julieta y también el de Marge y Homero Simpson.
Cuando se habla del amor se suele decir de él que es un sentimiento fugaz, una fascinación efímera. El combustible del amor se agota rápido. Parece ser que el engranaje que mueve la maquinaria sentimental del ser humano tiene una vida útil corta. El amor y su intenso fuego que arde y quema corazones, su combustión rápida y explosiva.
El amor con sus tristezas y sus felicidades:
Triste cuando el amor se convierte, solamente, en el consumo y confort de un otro. Triste ese amor idealizado como perfecto, sin complejidades ni complicaciones.
Feliz amor adolescente, fugaz como un rayo, potente y luminoso. Felices besos eternos de aquel amor trabajosamente conquistado.
La carga poética de la palabra amor, la carga cursi de significados, esa gran abundancia pasional de la palabra amor. Love, love, love, All you need is love. Si no hay amor que no haya nada entonces, alma mía, no vas a regatear.

jueves, 23 de julio de 2015

El arte de atrapar sentimientos

Para que los sentimientos no se me fuguen, 
he decidido transformarlos en palabras en un cuaderno.
Pero las palabras son una ilusión y nunca lo dicen todo.
De todas maneras, a pesar de la ineficacia del lenguaje
y del malisimo poeta que soy, 
algo queda, algo se atrapa.

El prestigio poético de la noche.

Perros que ladran a lo lejos, canillas que gotean, el tic tac del reloj aturdiéndote. Con razón la noche está tan repleta de prestigio poético, si todo trabaja para la poesía.
La noche está repleta de prestigio poético y la culpa no siempre es de la luna ni de las estrellas, tampoco de la lúgubre oscuridad, ni de la cadencia del silencio. La culpa es del poeta que confunde la oscuridad nocturna con la opacidad de su pesar. La culpa es del poeta que en el titilar incesante del firmamento, ve proyectados sus sueños, y los ve como ojitos parpadeantes, como lucecitas anhelantes.

jueves, 16 de julio de 2015

Las palabras.

Las palabras brotan pero no forman árboles.
No hay unidad hay dispersión.
La palabra agua no quiere amigarse con la palabra fuego.
La palabra pasión empezó a detestar a la palabra amor.
Las palabras se miran de reojo, susurran, hablan de las demás.
Las palabras se insultan entre sí, se terminan odiando.
Ninguna quiere trabajar por el bien del poema.
No hay unidad hay dispersión.
Las palabras se envidian entre sí.
La palabra pasado detesta a la palabra futuro, la odia porque está llena de esperanzas, de ilusiones.
Las Palabras que se duermen y tienen pesadillas, las palabras que sueñan con un silencio cadavérico que las acecha, las atrapa y las expulsa del paraíso del lenguaje.
Las Palabras que sueñan con una música que no le puedo dar.
Las Palabras que se muerden, se despedazan y se engullen a sí mismas.
Las palabras…tan humanas.

domingo, 12 de julio de 2015

El populacho y su ensalada de saberes eruditos (Tres breves relatos)

LAS AMIGAS

-Mirá, así es como pienso comenzar mi discurso mañana en el teatro, decime que te parece, ¿dale?
- Dijo Mariana, mas entusiasmada que convencida.

-Bueno, a ver, te escucho…igual sea lo que sea seguro va a estar genial y te van a aplaudir- Dijo Sofi, y sonrió exageradamente.

-Bueno, ahí voy- Mariana tomo aire como si estuviera a punto de sumergirse en una pileta y comenzó:
Para cambiar el mundo no hacen falta tantas remeras del Che Guevara, tampoco ideas demasiado arriesgadas. Para cambiar el mundo hay que cambiar mentalidades cuadradas y educarse bajo el lema “yo también soy el otro” y tirar el egoísmo a la basura. Pero es muy fácil decirlo o escribirlo. Lo difícil es salir a la calle, sentir la tristeza en los ojos del otro y actuar en consecuencia. Lo difícil es que la miseria del prójimo te sofoque, que al mirar el padecer ajeno se nos ahogue el corazón y actuar en consecuencia. Difícil abandonar la algodonada comodidad del sillón y el calor entretenido de las pantallas para salir y chocar de frente con la vida.
Pero venzamos por fin los miedos y pongámonos en plan de salvar el mundo, salvarlo ayudando a uno, a dos, a tres, a miles, a todos. Para caminar hacia ese objetivo, hacia esa meta utópica, se comienza poniendo un pie y luego el otro, así se aprende a caminar: poniendo primero un pie y luego el otro.


-Bueno así comienza, tengo algunas ideas más para cerrar pero todavía no las escribí…¿qué te pareció?

Sofi la miró con la misma sonrisa exagerada y le dijo:
-Voy a ser sincera porque no me gusta caretearla…es alto chamuyo, si queres motivar a alguien mejor comprale chocolates y si son hombres, cervezas, muchas cervezas.

-¿Me estas jodiendo?

-Sí, la verdad que sí, te estoy jodiendo…está bastante bien. No me des pelota…igual me parece que eso de “yo también soy el otro” suena bastante “Cristinista”- concluyo Sofi, con la misma sonrisa exagerada de siempre.

EN LA PELUQUERIA

-A veces, el saber erudito del populacho no es otra cosa que la repetición de lo que la televisión difunde hasta la saturación insoportable. Conceptos sobre la izquierda y la derecha, estereotipos, prejuicios, reduccionismos burdos del humano, éticas despreciables y pésimas aportaciones del periodismo chimentero-ideológico-político.

-¿Lo de chimentero lo decís por Jorge Rial o por Susana Rocasalvo?

-Lo digo por casi todo el periodismo de televisión y casi todo el de radio…y ni hablar de los diarios y las revistitas para infradotadas, como esa que estás leyendo vos ahora… bah, “leyendo”…hojeando. ¿Qué encuentran de divertido en mirar a esas boludas de caras con botox y tetas “fotoshopeadas”?

-jajajajajaja…bueno, y para que tenés ésta pila gigantesca de revistas? ¿Supongo que para que las hojeemos mientras nos haces el laburo no?...Vos concéntrate en el alisado que yo boludeo mirando a las Xipolitakis...igual seguí hablando que si hay algo que odio es el silencio. El silencio me hace doler la cabeza.

-La gente odia el silencio y ama el ruido caótico del palabrerío banal. No sabe que el silencio es sinónimo de reflexión profunda, de pensar un poco. El silencio es paz y dice más con su callada voz que todo lo que dicen las ciencias sociales y sobre todo la psicología.

-Uh recién te metiste con las minas de tetas fotoshopeadas y ahora con las ciencias sociales y la psicología. Creo que por eso te elijo como mi peluquera preferida…¿si digo que te amo, queda muy cursi?

-Si.

EN LA CARNICERIA

-Lo que pasa es que vos sos un Hombre-Mueble
- dijo Carlos, el carnicero, mientras le cortaba 4 bifes para milanesa que le había pedido Jorge.

-¿Y eso que vendría a ser?- dijo Jorge con una sonrisita y luego añadió: -Seguro es una de esas teorías o conceptos ridículos que elaborás dándote aires de erudición.

-Te lo voy a explicar de la manera más simple posible, como para que un marmota como vos lo pueda entender.

Entonces Carlos, acariciando su barba con la punta de sus dedos, pensó la forma conveniente de explicar su concepto de Hombre-Mueble y luego de unos largos segundos de silencio comenzó:

El hombre mueble, ese que nunca se cuestionó nada en su vida, el que nunca se quejó de la condición del hombre en el mundo y sobre todo de su propia condición. Sobre ese hombre te hablo.
El hombre-mueble no cree en el futuro, ni siquiera en el presente. El hombre-mueble es un fanático del pasado, un devoto del ayer. Es aquel que cree que todo está perdido, que nada se puede hacer porque hecho todo está.
Al hombre-mueble le fascina el arte, pero solo el arte consagrado. No tiene la capacidad de absorber con su casi nula sensibilidad la nueva sensibilidad. Descree de lo nuevo, detesta que se rompan las formas tradicionales, que se violen las leyes de lo clásico.
El hombre-mueble casi siempre es joven, por lo menos en cuanto a la edad calendario, pero es un viejo de alma y tiene el corazón muriéndose de frio.
Este hombre, este pequeño pobre hombre, dice odiar las modas. Para ser funcional a esa postura despotrica, con enfático desprecio, todo lo novedoso, lo creativo, lo contemporáneo. Pone todo en la misma bolsa y lo revolea a la basura, no sin antes sentenciar: es pura mierda, Borges es mejor…
Y nada, un Hombre-mueble es más o menos eso.


Jorge lo miró, con la mano izquierda agarrándose los pelos y moviendo la cabeza, y dijo:

-Otra vez estás fumando de ese prensado paraguayo que te vende La Negra y que te consume las neuronas y te llena de ideas flasheras la cabeza…déjate de joder boludo y córtame esos bifes más gruesos que quiero hacerme unas milanesas bien polenta para comer con La Marta.

viernes, 10 de julio de 2015

Darle el gusto al niño interior

A mi niño interior le gusta mucho el aspecto lúdico de la escritura. Jugar a ser poeta es su juego preferido.
Le gusta mucho como rebotan algunas palabras, él las llama “palabras pelotas”. Y son palabras como: pasión, amor, amistad, simpatía, amapola, esfera.

También le generan cierto agrado los verbos de fuego: crepitar, estallar, explotar, incendiar y también los adjetivos incandescentes del tipo: luminiscente, lumínico, luminoso, solar, fosforescente, fluo.
Por otra parte, siente cierto rechazo por la oscuridad, pero le fascina la palabra noche y le atraen de un modo misterioso e irresistible las palabras como sombra, ensombrecido, negrura, negruzco, opaco, opacidad y le fascina la repugnancia de los vocablos babosos y nauseabundos: fangoso, mohoso, cenagoso, pantanoso, descomposición, cadavérico, putrefacto.
A mi niño interior le gusta mucho la infinitud de la palabra eternidad y de como las palabras ”vacío” y “existencia” están llenas de intenciones metafísicas.
Mi niño interior disfruta mucho cuando mi adulto exterior escribe con aires de erudición y utiliza expresiones rebuscadas o palabras difíciles del tipo: andrógino, trascendencia, logarítmico, filosofía nihilista, etcétera, etcétera, etcétera.
Pero si hay algo que desagrada a esta criatura interna, algo que realmente lo saca de quicio y lo pone de muy mal humor, es cuando me pongo en modo pesimista y escribo como si todo estuviera perdido, cuando la escritura se vuelve lúgubre, cuando las palabras tienen olor a muerte. Entonces mi niño, mi juguetón y dulce niño, me arma un berrinche interno y se me altera el corazón y no me queda otra que darle el gusto y escribir textos como este.

jueves, 9 de julio de 2015

Recuerdos encubridores

Canciones que evocan recuerdos, fotos que recuerdan el pasado, nuestra historia pidiendo a gritos que no la olvides. Dice Freud que todo recuerdo es encubridor. ¿Pero qué escondemos detrás del recuerdo? ¿Por qué ocultamos lo que ocultamos? Y entonces aparece la pregunta ¿quién fuiste? Y la pregunta ¿quién sos? Y al intentar responderlas descubrís que no sabes muy bien quien fuiste y no estás seguro de quien sos.
Pero veámosle también el lado poético al asunto: somos un hermoso enigma a descubrir. Un desconocido habita nuestro cuerpo y usa nuestra cara, habla y escribe con nuestra voz, nos usurpa las ideas, se aloja en nuestra conciencia y repite conductas, se mueve de manera autómata, tiene mañas que nos incomodan, pensamientos oscuros que nos perturban. Creemos que somos así pero resulta que no, que nuestro verdadero yo es mucho mejor o mucho peor, dependiendo de la ética en la cual creamos. O tal vez si, tal vez somos eso y no queremos aceptarlo porque vivimos en la ilusión de ser otros, idealizamos nuestro yo igual que idealizamos el amor, igual que idealizamos todo.
Dice Freud que todo recuerdo es encubridor. Jugamos a las escondidas con nosotros, o con aquel que fuimos, y pocas veces nos encontramos.

viernes, 3 de julio de 2015

Pequeños tips, para un infierno encantador.


Tanto infierno para gastar y nosotros aun sin arder.

Si mirás tus derrotas con ojos de demonio entonces caerse del cielo será una bendición.

Hay un incendio en el musculo cardíaco, hay sentimientos que solo se comprenden si conocés el lenguaje de los latidos.

No permitas que el paraíso consuma tus sueños de demonio.

Odia si es necesario. Sé feroz. Comete el mundo.

Si tu ego tiene hambre, dale de comer pero no permitas que te coma a vos.

Pequeños tips, consejos para un infierno encantador.

miércoles, 1 de julio de 2015

Automatismos

1

En la oscuridad las ideas son más claras y la soledad acompaña al pensamiento en su viaje racional, en su delirio mental.

Brillan palomas, los aleteos originan brisas, vientos, huracanes.

El mundo se rompe en varias lunas, hay noche para rato.

Las palabras se posan en la medianoche, pájaros de plumaje estelar.

Hay una galaxia dentro de mi cuerpo, nacen estrellas, mueren estrellas.

Mienten ahora los silencios y se esconden en la lejanía de un ladrido de perro.

2

¿Qué cosa dice esa cosa que llamamos silencio?
Dios es orden y desorden y causas que no encajan en las consecuencias.
Es azar y microscópicos detalles en el ojo de la mariposa.
Un arquitecto del mundo incoherente, de rectangulares círculos polares, de corazones de ratón, de biología y desesperación.


3

Si el poema se me sigue negando, no me queda otra que escribir lo siguiente:





4

Una vez me dolieron los flechazos de tu mirada y desde entonces me causan pánico tus ojos.

Los ojos duelen porque están constantemente arrojando flechas y pensamientos incandescentes.

“Mi mirada nunca aprendió a llorar”…la mía, en cambio, aprendió con rigurosidad.



5

¿Y qué pasa si la hoja en blanco también es un poema?