De pronto el impacto sonoro del silencio, la escucha de lo que es inaudible.
Una nada se mueve en el espacio que dejó el sueño.
La inconsciencia despertó pero el inconsciente sigue ahí.
Una especie de amnesia temporal, un instante que es honda oscuridad.
Lo ayer soñado está fresco, las imágenes son aun nítidas, la realidad ya comenzó a borrarlas.
Un rato después, toda la magia fue invadida por la idiota cotidianidad, por el maldito tiempo, el ilusorio arte del reloj.
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