jueves, 27 de agosto de 2015

Imágenes que el tiempo ha borroneado.

La palabra pasado suena gigantesca, pero cuando hablamos del nuestro, de nuestro pasado, simplemente nos referimos a esa serie ínfima de recuerdos buenos y de recuerdos malos. La mayor parte de nuestro pasado, gracias a Dios, se olvida.
En el olvido yace todo aquello que luego vive en el inconsciente y que posteriormente emerge en la mecánica del sueño, en la neurosis cotidiana, en la locura hermosa de algunos textos.
La demencia del inconsciente me fascina, me fascina su verdad. Porque si es que hay verdades, están ahí y en ningún lado más.
La poesía está repleta de automatismos y también de pretensiones de sublimidad. La poesía está loca y a veces se quiere hacer la cuerda. La poesía, la verdadera, siempre dice la verdad. Pero hay poemas que mienten y contra ellos hay que luchar. Exceso de retórica, abuso metafórico, frases llenas de pomposidad, poesía que no dice la verdad.
Y para no perderme. Retomando aquello del pasado y del recuerdo y del olvido, creo que la poesía juega, en otras cosas, a meterse con aquello que olvidamos. Se trata en parte de escribir en presente las imágenes del pasado, aquellas que el tiempo ha borroneado.

1 comentario: