No tengo dogmas de ningún tipo, no tengo religión, pero si tengo, como todos, una excesiva suma de rituales y ceremonias cotidianas.
No creo en duendes ni hadas, ni en esa cosa que llamamos Dios, no creo en bondades ni maldades, tampoco en ángeles y demonios.
Creo en el oxígeno de la poesía y en el profundo respirar de los poetas.
Creo en Vicente Huidobro y en su viaje en paracaídas.
Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol.
Hacer un árbol plantando semillas o palabras, hundir las raíces en el terreno del lenguaje, escarbar hondo, llegar donde nadie llegó.
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