domingo, 28 de abril de 2013

En el fluir del Domingo

En el fluir del domingo mi aburrimiento circulaba.
Se formaba gota a gota el río de palabras en la hoja.
Pensaba en todo lo posible por hacer y me aburría más.
En la calurosa sensación de soledad se cocinaban las palabras.
En la dolorosa brisa se camuflaban las tormentas.
Despertaban de manera onírica los sueños.
Indagaba en la colmada humanidad y en lo difícil de ese día fastidioso.
Soledades abrumadas y sensaciones cambiantes.
Aquellas horas de domingo, pequeñas y fugaces eternidades.
Aquellos domingos, días de melancolía en forma de sueños aburridos.
Existencialismos de fin de semana, locuras cuerdas del hombre moderno.
Caían y rebotan los silencios, ecos de palabras que nadie nunca dijo.
Un para siempre pintado en un instante, un latido empujando al corazón.
Mi soledad de domingo tiene forma de poema, todo tiene forma de poema.
Aquellas moscas, seres alados no muy queridos, ángeles sucios revoloteaban mis nauseabundos pensamientos.
El ruido de un motor lejano de alguna maquina cansada del hombre era la música que invadía el ambiente.
La tele monologaba mudamente, decía mucho y no hablaba nada. Y en esa tarde interminable termine pensando en la nada misma, en ese acto racional deje de lados mis latidos y quise ser el creador de mis vacíos.

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