Volar es para seres alados, imaginar es de hombres.
Imaginar no cuesta nada, salvo perder el tiempo que inevitablemente será perdido.
Pienso en ella, luego la imagino dormida en un jardín de amapolas.
El pensamiento es una nube casi siempre llena de agua, imaginar es llover.
Volar es para pájaros con destreza de ángeles, yo soy la brisa que molesta los arboles luego de la quietud del silencio.
¿De que sirve volar y subir si tarde o temprano hay que bajar?
Desde el cielo la pequeñez del hombre es gigantesca, desde el suelo la miro y su altura me abruma, me descoloca.
Es tan fugaz el silencio que invade tus ojos y tan estruendoso el aroma eterno de tu mirada perdida.
De perfumados colores esta construido mi mundo onírico, de nauseabundos grises mi realidad pintada. Y en el medio de tanto espectro colorido tu invisible ser.
Apareces en forma de silencio y te vas siendo canción. Vuelas y yo imagino, te desvaneces en mi mente, me golpeas el corazón.
Imaginarte duele pero vale la pena.
Imaginar también es para seres alados.
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