domingo, 22 de diciembre de 2024

Exactamente ese poema

El meollo de la forma y el contenido, de la forma que se deforma, del contenido que se vacía.
El gran problema del sentido anhelando sentidos.
El extraño caso de las palabras diciendo lo indecible y cantando con silencios.
El dramático drama redundante del poema esforzándose por comunicar lo incomunicable.
Brillo y opacidad, blancura en lo negro negrura en lo blanco, grises por todos lados, toda la paleta del color humano.
Melancolías, nostalgias, tristezas y alegrías tontas, emociones idiotas, inteligencia libidinal.
Casos y cosas, presencia y ausencia, delirio y cordura, psicología de la sintaxis, trauma de la prosa, delirio del verso.
El poema paradoja de paradojas: ese que comunica lo incomunicable, que dice lo indecible, que canta con silencios, eso negro, eso blanco y todos los grises y toda la paleta del color humano.
El poema, el poema que te desvela, ese que te sueña despierto y te habla dormido en el lenguaje de Alejandra. Y te dice:
Escribes poemas malos para emular lo que no sos y jugar al maldito.
Exactamente ese poema, el que te habla en un silencio que no conocés y te derrota.

viernes, 11 de octubre de 2024

Autoinvento

Sobrepienso, luego existo. Imagino cosas horribles que nunca me van a pasar. Soy de naturaleza dramática. Me odio, me amo, me autoinvento y me autodestruyo.
Mi yo y todos los yoes que contengo se conjugan para bardearme o para darme aliento. Me autoinvento y me autodestruyo, soy demasiado adicto a mí y a mis soledades.
Tengo preparado un infierno para zambullirme cada tanto y también un calmo paraíso donde soñarme ángel, me autoinvento y me autodestruyo, soy los extremos y también la tibieza.
Me autoinvento y me autodestruyo, dos verbos egocéntricos formando un todo intenso en un cuerpo frágil de adolescente eterno.
Me autoinvento y me autodestruyo, la sintaxis buscando el efecto estilístico, la prosa que quiere ser música o simplemente ritmo y también se autoinventa y se autodestruye.

miércoles, 24 de julio de 2024

Trabajar la piedra

Repeticiones y anhelos truncos, círculos viciosos, existencia cíclica, nostalgia infantil, rechazo y estrés, repeticiones y anhelos truncos. Lo racional se disloca, las palabras muerden y lloran, el lenguaje accede a la locura y se pierde y en esa pérdida estoy y con esa pérdida funciono. Un irse del sentido para justamente encontrarle un sentido a las cosas, escarbar en el vacío buscando contenidos que me llenen y me contengan. Pero todo acceso a un orden lleva consigo el desorden del espíritu, el sueño de una fiesta del alma, lo dionisiaco queriendo entrar a romper las estructuras de lo apolíneo. Es una lucha entre la belleza que me fabrico y mi barbarie primigenia, ese delirio arcaico queriendo imponerse ante las estéticas artificiales de mis mundos irreales.

El concepto siempre triunfa, si no triunfara no podría escribir el párrafo anterior ni tampoco éste. La construcción formal se formaliza y entonces le puedo llamar a esto “TEXTO”. Lo que no puedo hacer es llamarlo POEMA, porque el poema debe ser una fiesta del alma, aunque no necesariamente le haga tributo a la palabra fiesta, pues el poema puede ser una fiesta de la tristeza o la melancolía, tal vez es mejor remplazar la palabra POEMA por la palabra canción y entonces funciona mejor. Una canción a la tristeza o una canción por la tristeza, de todas maneras, la palabra CANCION le hace más justicia a la música que me pretendo.

Tratar de escribir algo que valga la pena y el esfuerzo, trabajar la piedra para que se forme un ángel o un demonio. Horadar con palabras la dureza del silencio, extraerle un ritmo y una melodía a lo incomunicable y que el misterio del que todos nos alimentamos muestre por fin alguno de sus rostros. De todo eso se trata esto.

miércoles, 15 de mayo de 2024

De fragilidades y durezas.

Siempre la decisión valiente de habitar la fragilidad antes que la cobardía de hacerse el duro.
Pero también, no te voy a mentir, las ganas de habitar más seguido la felicidad idiota, la felicidad por la felicidad misma, la efímera, la que está hecha de clichés y cursilerías.
Además, una envidia de las cosas simples, de no complicarse con nada, de que todo salga fácil, de que la complejidad sea un misterio para mí.
Pero soy la duda y la complicación, todo redunda en intensidad y drama, un enredo mental-emocional, una montaña rusa sinuosa y tortuosa. Siempre intentando la calma y consiguiendo nada más que llanto.
Igual mi teoría de que la blandura es de los fuertes es más un consuelo que una realidad practicable, porque tarde o temprano hay que hacerse fuerte, hay que volverse duro, porque el mundo te mastica, te mata y digiere y al primero que digiere es justamente al blando.
Y siempre la implicancia del vacío en el hastiado corazón, el miedo agazapado esperando para morder justo en la angustia del ser.
Mis textos carecen de orden porque yo no tengo un orden, las palabras se me escapan, vuelan, aparecen y se posan en los alambres de la página como en el poema de Cortázar.







domingo, 28 de abril de 2024

Mi universo egoísta

Los poetas también somos personas desencantadas

las palabras finalmente no pueden nombrar lo que no tiene nombre

¿Qué tipo de realidad estúpida es ésta?

Necesito un multiverso donde todo este nombrado y yo pueda caminar sin tanto divagar.

Necesito un dios pequeño y aplicado, dedicado exclusivamente a mí y no ese omnipotente y para todos, necesito que alguien atienda mi universo egoísta.

miércoles, 24 de abril de 2024

El Tarado

La administración del vacío, el gran problema del ser.
El ser humano, una cosa que no es cosa y por eso se angustia.
Ojalá pudiera silenciar el pensar y solo escuchar la música. 
La melodía más animal, ese ritmo antiguo-original.
Pero al final, solo queda el tarado racional anhelando lo arcaico, lo instintivo, escribiendo frases pretendidamente filosóficas, pretendidamente poéticas, flashando poesía, diciéndole versos a frases dispersas, buscando coherencia y musicalidad, otra vez rompiendo el poema, otra vez el tarado no consiguiendo la poesía.

miércoles, 28 de febrero de 2024

Un algo distinto

Las horas mediocres del insulso día se suceden.

Siempre con sus mismos minutos, siempre con los mismos segundos.

De la nada me nace un pensar:

El ser humano es tiempo, mediocre tiempo pasando, horas insulsas sucediéndose apoyadas en mediocres segundos.

Pero no toda repetición es un hartazgo, me gusta respirar todos los días el mismo aire que respirás vos.

Siento un algo distinto, algo parecido a un “nosotros” y me olvido por un momento del insoportable yo.

Cuando la noche sobrepiensa el día

En el preciso instante en que la noche sobrepiensa el día, se despierta el insomnio.
La mente juguetona imagina alternativas al pasado inmediato, elabora jugadas que pudieron ser y no fueron, imagina futuros imposibles. Entonces se estresa el pensamiento y el ahora humano-cabeza se abruma y entretiene al insomnio contándole interminables cuentos enredados.
Las horas avanzan y se llevan con ellas los minutos valiosos, el humano-cabeza está frito, ha perdido la batalla contra la muerte, ya no hay restauración de las neuronas perdidas, no hay reparación posible del pensamiento por venir, el mañana se torna neblinoso cuando el presente es pura tormenta.

martes, 20 de febrero de 2024

Las ciencias del poema

Otra vez lo meramente esteticista frente a lo inevitablemente político.
El quehacer no es mi ámbito, me muevo mejor en la quietud, con esa habilidad de estar inmóvil en un mundo que salta y baila, ejerciendo la política del no hacer, la filosofía del dejarse estar.
Pero siempre pasa igual, las palabras desean una música que no les puedo dar.

Y yo sé que en las variables del vacío y del llenado se expresa una divinidad, en ese silencio abundante que lo contiene todo nos habla y nos canta canciones que no escuchamos.

¿En qué piensa Dios cuando nos piensa?

Los granitos de arena hacen el desierto y cada gota es parte de un océano.
¿Pero, qué papel cumple mi pequeñez en este universo inmenso?

Y a pesar de que me pienso lento soy una estrella a toda velocidad.
Es la química del cosmos buscando melodías, es la biología antisistema, es mi yo y todos los yoes que contengo conjugándose para las ciencias del poema.

La Nada

Sentar las bases para no tener bases, romper las reglas que nunca me impuse, nadar en el agua del desierto que son las palabras, llenar un vacío con las variables de un lenguaje hueco, gritar el silencio, pero gritarlo mudo para que escuche mi espíritu sordo. Practicar un juego infantil de decir mucho para definitivamente no decir nada o para justamente decir LA NADA, para nombrarla, y que la nada sea entonces una entidad con pies, brazos y cabeza y que la nada entonces por fin me hable porque ahora si tiene una personalidad, una identidad bien marcada y una voz y que yo me reconozca en esa voz y que ella sea entonces mi espejo.

Intento de poema Girondeano

Comunicar con un gesto todo el repertorio del odio.
Que una mirada sea una patada en la quijada y el silencio una sucesión de puteadas argentinas.
Que guiñar un ojo implique prender fuego el mundo y rascarse la cabeza una fiesta de codazos en las narices.
Y es que a veces hay que violentarlo todo sin recurrir al palabrerío inútil de los pacifistas extrovertidos, de los chamuyeros, de los… ¿porteños?
Y es que hoy me sirven más las miradas, los gestos, los susurros, los ruiditos de fastidio, el disgusto provinciano introvertido.
Que el gemido de los vecinos cogiendo produzca orgasmos en los tímpanos del mundo y un despertar brusco en el placer dormido de la dormida sociedad pacata.
Que once mil revoluciones se libren al mismo tiempo para que por fin el mundo se ponga patas al revés y pisemos con la cabeza y pensemos con los pies.
Que se abran las compuertas del llanto y las de la risa y que nos inunde un tsunami esquizofrénico y perdamos la cordura para siempre.
Y comunicar con los ojos lo que grita la mente y lo que susurra el alma y empacharnos de empatía…y simpatía…y telepatía.
Que se pudra y descomponga todo, que el moho prospere junto con todo el reino fungi, que las esporas se dispersen por todo el planeta y que incluso salgan de éste y lleguen a la Luna y a Marte.
Que todo, todo, absolutamente todo, se vuelva loco…
Que la respiración se vuelva un proceso de naturaleza optativa, de dinámica anatómica electiva, que uno tenga la opción de inhalar por las rodillas y exhalar por las axilas.
Que nuestra dinámica alimenticia se vuelva flexible y nos permita por fin alimentarnos de la luz de la luna creciente y de la constelación de Orión un sábado a la noche después de bailar un cuarteto.
Dejar de leer pasivamente y pasar directamente a la acción, meterse adentro de los libros y cagar a piñas a los personajes, sobre todo cuando el personaje se llame Carlos Argentino Daneri.
Que nuestro paradigma sea carecer de paradigmas, que la ausencia de ejemplos sea un muy buen ejemplo.
Arrojarse al vacío sin darle tanta importancia a la ley de gravedad, que tan feo puede ser el golpe, que le hace una mancha más al dálmata.