La administración del vacío, el gran problema del ser.
El ser humano, una cosa que no es cosa y por eso se angustia.
Ojalá pudiera silenciar el pensar y solo escuchar la música.
La melodía más animal, ese ritmo antiguo-original.
Pero al final, solo queda el tarado racional anhelando lo arcaico, lo instintivo, escribiendo frases pretendidamente filosóficas, pretendidamente poéticas, flashando poesía, diciéndole versos a frases dispersas, buscando coherencia y musicalidad, otra vez rompiendo el poema, otra vez el tarado no consiguiendo la poesía.
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