martes, 20 de febrero de 2024

La Nada

Sentar las bases para no tener bases, romper las reglas que nunca me impuse, nadar en el agua del desierto que son las palabras, llenar un vacío con las variables de un lenguaje hueco, gritar el silencio, pero gritarlo mudo para que escuche mi espíritu sordo. Practicar un juego infantil de decir mucho para definitivamente no decir nada o para justamente decir LA NADA, para nombrarla, y que la nada sea entonces una entidad con pies, brazos y cabeza y que la nada entonces por fin me hable porque ahora si tiene una personalidad, una identidad bien marcada y una voz y que yo me reconozca en esa voz y que ella sea entonces mi espejo.

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