El abismo es mas hondo, la negrura mas negra

La dura estética de una existencia palpable.
La fealdad, la suciedad, la crudeza, la miseria y la mediocridad.
Todo trabajando en contra tuya, incluso vos.
Mucho dolor junto y un intervalo de alegría alcohólica.
Y el tesoro que sos no te salva, te hunde en la miseria.
Y todo conspira y colabora para instaurar la decadencia.
El presente no puede pisar tu pasado y hay demasiadas espinas y clavos.
Y es que un corazón sensible se desangra más fácil, las heridas son más profundas, el abismo es más hondo, la negrura más negra, la nada contiene el todo y todo junto es un montón de nada.

Otras intensidades

Pequeñas melancolías sobre un fondo de melodías bajoneras.
Tibia tristeza de domingo y canciones de corazones rotos.
Quizá el rock ya no es para mí, soy demasiado blando para toda ésta dureza que me rodea.
Quiero algún día, por fin, dejar esta dinámica de niño herido y sumarme a la adultez acorazada.
Ya no me mueven los sueños que antes me movían, hoy necesito de otras intensidades, más reales y concretas, aunque yo siga siendo puro aire, literatura y pretensiones de poeta.
Me duermo con ganas de seguir despierto, me despierto y quiero seguir soñando pesadillas raras.
Tengo imaginación necesaria y suficiente para imaginarme mil mundos mejores, tengo dificultades para poner los pies en la tierra y el alma en el cuerpo, siempre estoy desconectado de la materia, soy pura energía y tiendo a lo aéreo, pero anhelo tanto la tierra, el barro y toda esa hermosa suciedad del mundo.

Circulo infernal

Pareciera que el afuera no me llega, pero adentro mío hay una guerra entre mi yo y los yoes del mundo.
La paz tendrá lugar cuando mis inquietudes mueran dándolo todo.
Con violenta virulencia me agredo y te agredo, nos herimos, nos desangramos.
Y la realidad sigue intacta, indiferente y fuerte, nada la inmuta, es todopoderosa e impenetrable.
Los días tan estúpidos, las noches tan despiertas, el insomnio indagando mi círculo infernal inevitable.

El drama humano

El día cae adentro de la noche
Es una repetición mas
Es un hartazgo hartante zarpadamente redundante
Me vendría bien una vida un poco mas metamorfoseada
Una realidad de insecto, de saltamontes inquieto
El drama humano es aburrido ya, necesito urgente cocinarme en otro infierno
Sentir calor de pájaro, frio de serpiente, dinámica de álamo en el viento.

La suma

Tu pequeño vacío individual va llenando el gran vacío universal
Se gesta de a poquito un dolorcito para agregarle más dolor al gran dolor
Porque el infinito es infinito, pero no le alcanza, quiere seguir sumando cosas y tristezas.

La melancolía llorona y dulce

Las palabras del día a día, rusticas, simples, directas, sin vueltas, se chocan de frente con la ilusión del poema sutil, tan lleno de pretensiosas palabras aéreas, tan irreal.
La vida, la biológica vida, es cosa burda y aburrida, pero se dificulta, se complejiza cuando al monito pensante se le ocurren sinapsis nuevas.
El amor es algo que casi siempre les sucede a otros, a mí solo me pasa ésta melancolía llorona y dulce.
Pero gracias a no sé qué Dios atento, en los libros hay otros mundos y yo me tiro de cabeza en sus atmosferas para encontrar otras tramas, para encontrar palabras y ángeles, dioses y demonios, más reales que ésta estéril realidad.

Pudrirme en mi opaco yo.

Parezco quieto, pero me sobran viajes.
Mi mente vuela en círculos buscando la cuadratura del mundo.
Mi mente alada observa con ojos de águila y encuentra mas carroña que presas.
Mi mente alada busca y busca y lo que encuentra es puro caos y hombres laberinto enredados en su idiota quehacer.
Y entonces me poso en la cima del todo y con el traje de Dios concluyo que:

Todo el progreso junto da como resultado un atraso emocional.

Los corazones laten más, pero sienten menos, casi nada, solo hay dureza y pupilas vigilantes.

La cabeza es ruido, el cuerpo electricidad, el alma puro infierno.

Las miradas ciegas comunican violencia y transmiten odio.

Y yo que solo quiero huir del montón y pudrirme en mi opaco yo.

Los re putisimos miedos

Las mil revoluciones que necesito, los incendios que por ahora son puro humo, las palabras calladas sobre el papel, el papel lamentable de mi literatura, la lentitud con la que me muevo en un mundo que va echando putas, el infierno tibio del que no puedo salir, mi vida pidiendo permiso para respirar, para llorar, para reír, para quebrarme o para hacerme fuerte, los miedos, los tantos miedos, los muchísimos y re putisimos miedos.

La ilusión de ser ese viento

El pasado, montón de sueños locos impulsados por una energía joven.
El presente, las ruinas de aquellos sueños sobre un fondo de tormentas.
El futuro, siempre incertidumbre, manojo de dudas en manos frágiles.
Todo puede suceder en mi mundo de ficción mal escrito y mal leído.
Y es que aquella música interior ya no se deja escuchar, está tapada de ruido mental caótico.
Y es que todo tiende a un precipicio de negrura abstracta y a un algo lúgubre que lo arrastra.
La utopía, yo lo sabía, nunca sería, pero me movía con ella y respiraba, era otro musculo, era otro pulmón.
Sentí una brisa musical y me dejé llevar, creí que un día yo sería ese viento que arranca las cosas de raíz.
Me mentí todo lo que pude, me mentí hasta creerme verdad, pero el tiempo es sincero, te dice las cosas a la cara, te escupe, te voltea y te patea en el suelo.

Callado y crepitante

Me muevo entre el delirio del mundo y la locura del yo.
Nunca sé si estoy despierto o fui engullido por una pesadilla.
Quise ser mi propio Dios y engendré un animal nadapoderoso, blandito y miedoso.
Intenté el camino del intelecto, pero tropecé con mi naturaleza boba irremediable.
Pero adentro mío habita un alma misteriosa, una energía anterior al todo.
Dueña incluso de la nada, de lo indecible y de lo incomunicable.
Soy lo que no te puedo decir, eso que no entiendo, el silencio más callado y crepitante.

La mezcla

La lluvia cae toda junta, pero cada gota es un universo.
La sociedad un todo y cada yo un mundo.
Pero con tristezas muy diferentes nuestras soledades en algo se parecen.

No vemos la misma luna, no nos calienta el mismo sol.
Pero si nos juntamos nos reímos y nuestras carcajadas se confunden.
Tomamos con la misma sed la misma cerveza.
Y la pelota entrando al ángulo se convierte en el mismo grito.

Una mitad en permanente tensión, la otra en relajada calma.
Pero la brisa es también un viento que anhela ser tormenta.
Y aunque te creas el aceite y yo el agua, somos inevitablemente la mezcla.

La nueva energía bestial

Un día lo conseguiré, me meteré de lleno en la poesía.
Esta vez lo incomunicable ya no tendrá el apellido del vacío ni habitará el ámbito de la palabra.
Seré simplemente el esqueleto, el sostén del cuerpo, la carne activa, el tejido celular y los órganos que forma. Esa sangre que serpentea y fluye incesante, la paciencia y el oxígeno llegando al cerebro. Simplemente la naturaleza, el puro animal humano y práctico.
Ya no más el aburrido andar en dos pies, la mera mente pensante, el monito inquietante.
Bienvenida la nueva energía bestial, hasta nunca sintaxis, ya no estaré, ya no seré.