lunes, 16 de noviembre de 2015

Hay un mundo.

Hay un mundo de espectacularidad sonora en el silencio.
Hay un mundo de colores y matices únicos.
Hay un mundo de sonidos violetas, de aromas verdes y sabores musicales.
Hay un mundo de abundante sinestesia y de realidades poco convencionales.
Ese mundo queda en la poesía ¿querés venir?

Lo que abunda en el aire es el oxígeno.
Lo mismo que te hace vivir te mata en cada bocanada de aire.
La vida es homicida. ¿querés vivirla?

Hay un planeta de oscuridad y vacío.
Hay un autómata manejando los hilos de tu marioneta mental.
Existe la conciencia del inconsciente pero solo a veces podemos entrar.
El hombre es negrura, misteriosa materia oscura. ¿queres iluminarlo?




El poema es mio, la imagen se la pedí prestada a Joan Miró. Les mandó saludos.


lunes, 9 de noviembre de 2015

Érase una vez.

Para tenerlos encerrados, mejor que los sueños se te escapen, que sean libres y que encuentren a un soñador que sepa explotarlos mejor. A esa conclusión llegó Patricio, o eso es lo que le pasaba por la mente, pero no en forma de palabras. Fue algo no pensado, algo que cruzó su mente pero no a la manera de una idea, no como una asociación de palabras ni frases ni coherencia verbal alguna. Fue como una energía reveladora, una epifanía concluyente o simplemente un caer en la cuenta de algo importante y determinante.
La cuestión fue así:
Patricio quería escribir un libro, pero no cualquier libro. Quería escribir un libro grande, literalmente grande. En ese libro debía caber el universo. El número de páginas debía ser el número de habitantes del planeta en el momento de comenzar la primer página.
Para tan ambiciosa empresa no alcanzaría una vida. Por lo tanto el proyecto requeriría de varios escritores a la vez y que se siguiese escribiendo generación tras generación.
Patricio comenzó la primera línea del libro de la siguiente manera:
Érase una vez un mundo que contenía todo el mundo, erase una vez el infinito.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Ruido

Estamos hechos para el silencio pero nos inculcan el ruido desde que nacemos.
Crecemos en un remolino de percepciones auditivas, de turbulencia visual y nuestra mente se acostumbra al infierno de lo caótico. No alcanza con aprender esa cosa que llamamos “hablar”, ademas nos inyectan en las venas la música ruidosa del lenguaje escrito.
La prosa es estruendosa, las frases son poco cadenciosas, los verbos son escandalosos, los adjetivos desafinan.
¿Cómo alejarme, entonces, de ese universo de abundancias sonoras, de espectacularidades chirriantes y aturdimiento constante?
Quedarme callado es una opción, intentar la poesía es otra.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Hombre de acción.

-Te acordás cuando en la escuela primaria nos daban tarea para la casa y siempre había una consigna tipo “¿Qué es la libertad? Responder en familia.” Y vos venias a mi casa por qué en la tuya, según lo que vos decías, no te daban bola y al final terminábamos respondiendo lo mismo. Y después la seño nos decía “creo que acá hay uno que se copia del otro… y se copia hasta los errores ortográficos” y literalmente se nos cagaba de risa pero al final nos ponía una carita feliz a los dos.

-Esas cosas nunca me las acuerdo, como que siempre me da la sensación de que vos inventas recuerdos y que eso que recordás en realidad nunca pasó.

-Sos pelotudo, mirá si voy a andar inventando… ¿posta no te acordás?

-No, no recuerdo, y no recuerdo porque creo que uno solo recuerda lo importante. Vos…por qué carajo siempre recordas esas pelotudeces.

-Bueno por lo que vos dijiste: uno recuerda lo importante….en todo caso, lo que te contaba te lo contaba para preguntarte algo.

-¿Qué cosa?

-¿Qué responderías ahora ante esa pregunta, qué es la libertad…olvidándote de la parte de “responder en familia”.

-Estas en pedo, rajá de acá, no tengo ganas de filosofar ahora, estoy viendo la previa del partido…mirá, el mejor defensor de Alemania se lesionó en el precalentamiento, que pelotudo!

-No se trata de filosofar. Es simplemente la tarea para la casa, hecha por el niño de la primaria que ya creció.

-Jajaja que pelotudo que sos…libertad es que dejes de romperme las pelotas. Mejor seguí leyendo tu librito tranqui, o mejor pone algo de música hasta que empiece el partido.

-Era para jugar un ratito, reírnos y recordar la escuela primaria, y de paso entender o saber qué significa la libertad para vos y cuan diferente es de la visión de la libertad que tengo yo. Lo que pasa es que éste librito que estoy leyendo da varias definiciones de esa tan pesada palabra y me gusta mucho lo que dice un francesito, te lo digo con mis palabras, el tipo dice algo así como…Que cuando crees en determinismos, le entregas tu alma a ese determinismo, que te forma y deforma. En cambio sí elegís ser libre, te estás haciendo cargo de vos y de tu alma y llevándola por los caminos que vos elegiste, sean esos caminos buenos o malos. En fin, Sartre.

-Todo ese chamuyo teórico y excesivo parece profundo pero siempre ronda la superficie. El bla bla bla da muchas vueltas, marea y no soluciona nada. Lo que soluciona los problemas de la vida es la acción concreta, ponerle el cuerpo al asunto, actuar en consecuencia.
La palabra agua no apaga el fuego, lo que apaga el fuego es la cosa concreta, el agua propiamente dicha. Hay que ser un hombre de acción y no puro lenguaje y teoría.

Santiago lo miró y sonrió levemente, dejó el libro sobre la mesa y poniéndose la campera dijo: ¿vamos a comprar unas cervezas antes de que empiece el partido?

Jorge lo miro riéndose y entusiasmado se levantó diciendo:
-Es lo mejor que dijiste desde que comenzamos está charla estúpida.

-Es que yo soy un hombre de acción y además sé usar muy bien mi libertad. Sabías que hoy falté al trabajo para mirar el partido y tomarme unas cervezas.

-No, no sabía…pero vamos, traigamos unas seis.