Cristian y Nicolás. Tienen los labios morados por el tinto tetra y las pupilas llenas de falopa. Hablan fuerte y casi al mismo tiempo. Sentados junto a la mesa, frente a frente, discutiendo quien sabe qué.
En la mesa y por el piso, restos de botellas de licores blancos y latitas de energizantes, evidencia de que hubo minitas. Claudio duerme desparramado en el piso, sin soñar, sin almohadón ni frazada. El resto, acomodado en los sillones. Rocío y Jorge, abrazados en el sillón dos cuerpos. Santiago roncando en el sillón un cuerpo.
Yo simplemente observo el panorama y sonrió levemente. Busco agua en la heladera, es lo que más abunda. Pareciera que alguien ha previsto la resaca del día después.
Te adoro. En serio. Hay una frase muy de bien que dice...
ResponderEliminar"Un escritor profesional es un amateur que no se rinde".
No te rindas nunca por favor.