lunes, 14 de julio de 2014

Hacia una dirección.

Habría que ir hacia una sola dirección, hacia los sueños. Pero la realidad se bifurca, los caminos son infinitos y el hombre tiene que elegir. Estar atado a la libertad es justamente lo que nos libera.
“Se me hizo piedra el corazón, respiro igual”... ¿Con qué necesidad nos reprimimos, cuál es la intención de la civilización? Apagarnos.
La piel se siente mejor cuando de gallina se disfraza. Nuestro cerebro pide a gritos música en el corazón, melodías de guitarra y canciones que te hagan temblar el alma.
No hay nada como la nada y vos, el todo es imperfección. Estar solo, disfrutar de tu soledad y dejar que los silencios te trepen por la espalda.
Habría que ir en una sola dirección. Hacia ninguna en particular. Hacia todos lados y hacia ninguno a la vez. Hacia los sueños si es posible, hacia una realidad con matices oníricos, abriendo bien los ojos y soñando despierto

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