martes, 12 de julio de 2016

Millón de monitos saltando.

Hay una tubería que lleva los miedos del inconsciente al corazón, una maquinaria perfecta que relaciona recuerdo y nostalgia, una fábrica procesando materia prima sentimental.
Hay en mi cerebro un millón de monitos saltando, sus simiescas naturalezas han irrumpido en la construcción intelectual, ya no soportan más los 4 millones de años de evolución, quieren comer, coger y volver a los árboles.
Hay en mi cara, de idiota universal, dos grandes ojos de perezoso existencial, una nariz fanatizada por el perfume del ayer, una lengua vomitando blablablas y orejas que no aprendieron a escuchar.

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