Que feo evitar ponerse triste porque la corriente del mundo te dice que permanezcas en el confortable mundo de la felicidad idiota y ciega.
Que triste esperar que el otro sea todo. Que triste esperar mucho cuando vos mismo sos la representación física de lo poco.
Que lindo navegar por los mares de la música a bordo de la guitarra flotante de Skay Beilinson. Que lindo navegar y navegar.
Que feo vivir con la intención constante de aplastar al otro como un gusano para sentirse mejor y alimentar así a tu egoísta corazón animal.
Que triste tener miles de ideas geniales y no tener un lugar en el mundo donde dejarlas caminar.
Que lindo estar al costado del mundo y ver pasar las modas a toda velocidad.
Que feo que a tu vida la gobierne la rutina, que feo no fracasar, que todo te salga bien y que logres todo lo que te propongas, que feo ser tan perfecto.
Que triste tener actitudes mala onda con gente piola para caerle bien al grupito de forros. Que feo ser un forro para pertenecer.
Que lindo dejar de creer en paraísos y en dioses llenos de ira, aceptar con alegría tus infiernos y vivir abrazado a tus demonios.
Que feo estar en el mundo con la carga constante de ser alguien.
Que triste tener tener el cuerpo lleno de libertad y que te ocupes cotidianamente de no dejarla salir.
Que lindo escuchar música a niveles de volumen destroza tímpanos, tomar cervezas con amigos, tirarse al río en verano. Que lindo emborrachar el alma de libertad.
Que fea, que triste y que linda es nuestra condición de humanidad.
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