miércoles, 25 de febrero de 2015

Lo que quiero y lo que no.

No quiero tener un futuro asegurado, quiero ser atravesado por los designios del azar.
Quiero ir por la vida poniendo un pie, luego el otro y ver que me va pasando.
Quiero sentirme una pluma a la deriva o una semilla de diente de león flotando en el aire.
No quiero ser un proyecto, quiero ser una burbuja llena de sueños. Quiero explotar y esparcir esos sueños. Quiero inundar de onirismo la realidad.
Quiero cubrir de pájaros el aire y dejar que la brisa de los aleteos oxigene el mundo.
No quiero leyes pero quiero que soñar sea legal. Quiero contradicciones.
Quiero que del suelo broten poemas y que los libros sean mariposas.

jueves, 19 de febrero de 2015

Con la palabra

Con la palabra noche se nombran miles de cosas.
Lo oscuro,
lo que calla,
lo que duerme…

Con la palabra amor se ha forjado un gran imperio de ficción.
Miradas que se dicen todo,
encantamientos a primera vista,
besos furiosos,
abrazos violentos
todo el artilugio de la pasión.

Con la palabra música hicieron cantar al silencio,
pusieron a bailar los ruidos,
llenaron de melodías a la tan callada soledad.

lunes, 16 de febrero de 2015

Que feo, que triste y que lindo.

Que feo evitar ponerse triste porque la corriente del mundo te dice que permanezcas en el confortable mundo de la felicidad idiota y ciega.
Que triste esperar que el otro sea todo. Que triste esperar mucho cuando vos mismo sos la representación física de lo poco.
Que lindo navegar por los mares de la música a bordo de la guitarra flotante de Skay Beilinson. Que lindo navegar y navegar.

Que feo vivir con la intención constante de aplastar al otro como un gusano para sentirse mejor y alimentar así a tu egoísta corazón animal.
Que triste tener miles de ideas geniales y no tener un lugar en el mundo donde dejarlas caminar.
Que lindo estar al costado del mundo y ver pasar las modas a toda velocidad.

Que feo que a tu vida la gobierne la rutina, que feo no fracasar, que todo te salga bien y que logres todo lo que te propongas, que feo ser tan perfecto.
Que triste tener actitudes mala onda con gente piola para caerle bien al grupito de forros. Que feo ser un forro para pertenecer.
Que lindo dejar de creer en paraísos y en dioses llenos de ira, aceptar con alegría tus infiernos y vivir abrazado a tus demonios.

Que feo estar en el mundo con la carga constante de ser alguien.
Que triste tener tener el cuerpo lleno de libertad y que te ocupes cotidianamente de no dejarla salir.
Que lindo escuchar música a niveles de volumen destroza tímpanos, tomar cervezas con amigos, tirarse al río en verano. Que lindo emborrachar el alma de libertad.

Que fea, que triste y que linda es nuestra condición de humanidad.

martes, 10 de febrero de 2015

Descubrir un mundo, hacer un poema

Desenvainar un verbo y luchar contra la tan temida hoja en blanco.
Poner palabras en el lugar que ocupaba el silencio.
Llenar el espacio de metáforas y de abstracción la realidad.
Descubrir un mundo, hacer un poema.

Decir lo indecible, hacer visible lo invisible.
Encontrar melodías armónicas donde siempre hubo ruido caótico.
Ver de pronto un mundo de flores en los desiertos del alma.
Descubrir un mundo, hacer un poema.

Palabras como pinceladas sobre un lienzo.
Dibujan lo que callo, le ponen colores a mis grises.
Descubrir un mundo, hacer un poema.

Despertar al ángel que duerme y cubrir de paraíso mis demonios.
Sublimar mi sed de sangre asesinando las reglas del lenguaje.
Descubrir un mundo, hacer un poema.

Usar las palabras como dagas.
Hundirle un verbo a la hoja en blanco y ver como se desangra un sentimiento
Descubrir un mundo, hacer un poema.

lunes, 2 de febrero de 2015

Pequeños milagros.

En algún texto anterior escribí algo así como que habría que leer un poema en horario de trabajo para hacer tambalear la estructura del mundo. Bueno, no sé si con eso se empieza una revolución pero por lo menos se transgrede la cotidianidad.
Imagínense a un tipo atrapado en la rutina laboral, en alguna oficina de las millones que hay en el mundo. El hombre está dedicado enteramente a resolver cuestiones en muchos casos rutinarias. Hablar por teléfono con algún cliente o proveedor sobre la entrega de un producto o la buena prestación de un servicio. Recibe quejas, tiene que ponerse tenso, tiene que resolver de buena manera los conflictos de la relación comercial. Para eso acude a su ingenio, mas al ingenio y la astucia que le enseñó la experiencia que la teoría que le enseñó la escuela. Bueno, el hombre recuerda que mientras venia del trabajo, en un semáforo, un vendedor callejero, un joven, le ofreció una bolsita con golosinas y de regalo un libro de bolsillo. Pero literal, un libro que cabe en un bolsillo. Al hombre no le gustan mucho las golosinas pero le atrae la idea de un pequeño librito, al menos como algo raro o como un objeto estéticamente agradable, un libro en miniatura, con las letras muy chiquititas. Compra las golosinas y recibe de regalo su libro.
Mas tarde en la oficina, el tipo saca del bolsillo su pequeño tesoro, solo para husmearlo un poco mas, ni siquiera con la pretensión de leerlo, simplemente para hojearlo, mirarlo, darlo vuelta, metérselo al bolsillo de la camisa, volverlo a sacar. De alguna manera el pequeño objeto ejerce una fascinación incomprensible para él. Es una especie de hechizo, el hombre está embrujado, el diminuto librito lo tiene atrapado. Juega un rato mas con él, luego lo guarda de nuevo en el bolsillo de su camisa. Entre tanto, el caótico quehacer de la oficina sigue su rumbo: papeles sobre el escritorio, ruido de teléfonos que tardan en responderse, ruido de maquinas fotocopiadoras e impresoras y mas ruido de teléfonos.
De pronto su paciencia se acaba. Deja que suene el teléfono, ya no quiere responder más. Se levanta con bronca, se dirige hacia el baño. Cierra la puerta y se sienta en el inodoro, saca el pequeño librito, lo abre más o menos por la mitad. Él no es corto de vista y a pesar de las diminutas letras puede ver el titulo sin esfuerzo: “Soledades y distancias”. Lee tres líneas:

Hay Corazones llenos de silencios que cantan sin ser oídos.

Latidos mudos haciendo canciones de amor.

Y en el medio soledades y distancias.


Lo cierra, levanta la cabeza y como queriendo hacer una reflexión se queda unos segundos inmóvil mirando el techo.
Mientras tanto allá afuera (afuera del baño) el mundo sigue caótico, pero el hombre ya está mas tranquilo.