Buscando mi voz verdadera, aquella que grite lo que mi silencio no puede gritar, caigo en caóticas reflexiones y en ideas locas.
En ondulantes pensamientos que se ramifican se transforman mis sinapsis, que se bifurcan en ideales utópicos e irracionales.
En complejos y serpenteantes caminos transitan mis sueños, en oníricos sucesos planeo vivir, en un futuro que sé que no sucederá.
Soñar me sale gratis, pensar e imaginar también. Lo único que me cobra caro es vivir una realidad llena de miedos y repleta de inseguridades.
Estoy cansado de esa oquedad del alma que no alcanzo a llenar, de esa tendencia del vacío queriendo llenar mi cuerpo, de esa terca manía de vivir aferrado a mis soledades, de esa constante preocupación por callar mi silencio.
Pienso luego pienso y no sé todavía en que momento existo. Siento que mis ideas siguen siempre el camino más delirante, el camino de la locura.
Una mente cansada, un pensamiento que no duerme, un sentimiento de querer apagarme y encenderme luego de miles de años.
O es el tiempo o es el sueño que no llega, tal vez la tormenta no quiere suceder y no sirve de nada forzar la lluvia.
Pienso y pienso más y más… y concluyo al fin que Skay tiene razón, “Los pensamientos son aves extrañas, a veces vuelan y no saben volver”.
Leer es la única manera de volar sin tener alas. Escribir es construir tus propias alas, pluma por pluma. Escribir es destruir el paraíso y construir un infierno a la medida de tus demonios. Las palabras, los silencios, los odios, los miedos, los amores, todo me habla, todo me llama. De eso se trata esto.
martes, 22 de octubre de 2013
lunes, 21 de octubre de 2013
Chocar de frente con un miedo
Saciar la sed sedienta del alma
Calmar el hambre hambrienta del ser
Darle calor al caluroso corazón
Cansar el cansancio
Agotar el cuerpo, llenar de caricias la piel
Quedarse a dormir en los sueños
Posarse en la brisa
Creer en la violencia de los besos
Torturar al odio por medio de abrazos
Estrellarse en un sueño
Accidentarse, chocar de frente con un miedo.
Calmar el hambre hambrienta del ser
Darle calor al caluroso corazón
Cansar el cansancio
Agotar el cuerpo, llenar de caricias la piel
Quedarse a dormir en los sueños
Posarse en la brisa
Creer en la violencia de los besos
Torturar al odio por medio de abrazos
Estrellarse en un sueño
Accidentarse, chocar de frente con un miedo.
domingo, 13 de octubre de 2013
Domingo suicida.
Guitarras cantándole al desorden, guitarras caóticas que organizan el rocanrol de mi vida.
La inevitable brevedad del ser, la angustia convertida en ocio abrumador.
La semana agotadora, las tardes de sábados ebrias de soledad, los domingos suicidas gestándose.
Todo esta como para dar el gran golpe, todo listo para escapar de la vida.
Suenan de manera agónica las gruesas y pesadas gotas de una canilla mal cerrada, es como un tic tac pero mucho mas lento.
Allá fuera el mundo fluye veloz y sigue haciendo lo suyo, asesinando almas débiles, comiéndose al esqueleto menos gordo.
Estoy metido adentro mío, encerrado en la cárcel que es el cuerpo, mi alma quebradiza rompe en llantos, se me nubla el pensamiento y comienzo a llover por los ojos.
Caen al piso, luego de transitar mi pálida cara, lágrimas que saben que serán las últimas.
Me aseguro de cerrar todas las ventanas, de tapar cada espacio en las puertas por donde pueda entrar el aire exterior, abro con delicadeza cada una de las perillas de la cocina, el gas se libera poco a poco. Me tumbo en el piso luego de poner The Great Gig in the Sky en mi viejo equipo Aiwa.
Respiro pausada y profundamente el aire ya invadido de gas, la muerte logra dormirme. Oigo la última coreada de Clare Torry. Sueño mi vida en dos minutos, se me acaba la luz, se prenden fuego mis sombras, se apaga la vida se enciende la muerte.
La inevitable brevedad del ser, la angustia convertida en ocio abrumador.
La semana agotadora, las tardes de sábados ebrias de soledad, los domingos suicidas gestándose.
Todo esta como para dar el gran golpe, todo listo para escapar de la vida.
Suenan de manera agónica las gruesas y pesadas gotas de una canilla mal cerrada, es como un tic tac pero mucho mas lento.
Allá fuera el mundo fluye veloz y sigue haciendo lo suyo, asesinando almas débiles, comiéndose al esqueleto menos gordo.
Estoy metido adentro mío, encerrado en la cárcel que es el cuerpo, mi alma quebradiza rompe en llantos, se me nubla el pensamiento y comienzo a llover por los ojos.
Caen al piso, luego de transitar mi pálida cara, lágrimas que saben que serán las últimas.
Me aseguro de cerrar todas las ventanas, de tapar cada espacio en las puertas por donde pueda entrar el aire exterior, abro con delicadeza cada una de las perillas de la cocina, el gas se libera poco a poco. Me tumbo en el piso luego de poner The Great Gig in the Sky en mi viejo equipo Aiwa.
Respiro pausada y profundamente el aire ya invadido de gas, la muerte logra dormirme. Oigo la última coreada de Clare Torry. Sueño mi vida en dos minutos, se me acaba la luz, se prenden fuego mis sombras, se apaga la vida se enciende la muerte.
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