domingo, 3 de julio de 2022

Aunque el poema se rompa

Adentro de los tímidos se gestan mundos increíbles.
Somos una fiesta, de silencios sonoros y melodías calladas.
El sol no es siempre sinónimo de calor y brillo.
La noche, la oscura noche, puede ser mejor.
Difícil que te haga entrar a mi universo si no girás al ritmo mío.
Argumentos tiernos pero no firmes, tambalea mi frágil mundo.
La dureza nunca fue lo mío, me muevo mejor en la blandura y la fragilidad.
Un bichito pequeño en la jungla de animales feroces.
Y a pesar de todo, aunque el poema se rompa, quiero que me veas y me prestes atención y quiero querer y ser querido y que me digas cosas lindas sin metáfora, sin retórica, que me quieras, incluso, sin mucha poesía.

El anhelo aéreo

Es momento de dejar de fingirme terrestre y aceptar lo aéreo que me constituye.
Soltarme para siempre, dejarme llevar por el viento.
Anclado al mundo no lograre nada, me urge, me llama, una flotabilidad estetizante.
La belleza del aire, lo liviano, lo que levita y vuela, el confort de lo abstracto.
Siento la necesidad de abandonar la fealdad de la tierra, la mugre de lo real.
Ya sé, pensarás que estoy escapando, que soy un cobarde escondido tras la máscara de lo sensible.
Pero no hay nada más auténtico que pensarme ajeno y anhelar la utopía del viaje sin retorno.