miércoles, 21 de octubre de 2015

Sobre el estancamiento.

Cuando se estancan las ganas el alma comienza a pudrirse, gusanos crecen desde adentro y se mastican las ilusiones.
¿Es el tiempo y el saber que la muerte es inevitable aquello que torna a la vida tan siniestra?
Una pregunta que también es respuesta, doble herida penetrante.
El corazón late con una cadencia lúgubre, sus golpecitos evocan un reloj que se mastica el cuerpo.
Siento que me voy sin irme, que me oscurezco sin apagarme, siento que estoy pero que al mismo tiempo soy ausencia.
Cuando se estancan los anhelos, el alma comienza a pudrirse y todo huele a muerte.

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