sábado, 30 de noviembre de 2013

El sueño, los sueños, el soñador

Soñar como mecanismo de destruir realidades.
Llenar las almohadas de ilusiones.
Escapar del planeta de conformistas habitantes.

Caótico y delirante soñador, no despiertes nunca que el mundo es un puto fraude.
Sueña cuando duermas, sueña cuando despiertes, sueña todo el día y toda la noche, sueña aun en los insomnios, sueña con el sueño.

El onirismo es salud aunque los señores de guardapolvo blanco digan lo contrario.
Lo que enferma es el tedio de esta concreta realidad, de esta vida gris, de esta fauna de canes y felinos que se comen sin comerse, lo que aburre es que no tengan alas y que estén tan pegados al estéril y aburrido suelo.

Sueños lucidos, sueños controlados por una conciencia que quiere ahogarse en ellos y los deja ser.
Sueños con la capacidad de despertarnos como de una bofetada.
Sueños que acalambran el pensar, sueños que quieren seguir soñando.
Sueños que escapan y se esconden temerosos. Pero ¿A qué le temen?
Le temen al despertar para siempre, al estar demasiado lucido. Le temen al ser autómata de autómatas sentimientos.

martes, 19 de noviembre de 2013

El Silencio se libera de los ruidos

El silencio se libera de los ruidos.
Ya no quiere esconderse.
Quiere encontrarte y quiere comunicarte lo que aun no te ha dicho.
La noche le facilita el habla. Lo atrapa y él se deja atrapar.
Las palabras lo invaden y el se deja invadir.
Usa la oscuridad de la noche para asustar sus miedos. Usa el brillo nocturno de las titilantes estrellas para llenarse de luz y hablarte incandescentemente.
Te dice lo que no te dicen. Te habla de lo que te hablan.
Hace reflexionar a tu corazón animal, te hace indagar sobre los por qué de tanta maraña de profundas profundidades.
Te acaricia el cuerpo con su piel de fantasmal textura, hace temblar todo tu esqueleto y establece la calma en tu alma.
Y al final quedas habitado por una extraña entidad que se come insaciablemente tus más recónditos temores.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Mi ilusión intoxicada

¿De donde saldrán todas esas ganas de querer abarcarlo todo, esa insoportable manía de querer alcanzar el cielo nocturno e incendiarme en una estrella?
El niño de alas en lugar de brazos que quiero ser se choca con los infiernos del adulto serio y responsable que quieren que sea.
No me quiten mi música, no me maten tan rápido!!!

Nada me da tanta paz como la violencia del amor, nada me genera tanta felicidad como el poder decir con palabras mis silencios.
Es demasiado chico el mundo y demasiado grandes mis ambiciones, ¿cómo, decime cómo poner en un pequeño vaso la inmensidad de un océano, como hago entrar mi infinitud en una vida finita?
Esa intoxicada ilusión mía y esta venenosa realidad. Un día vendrán a reclamar que me decida por una de ellas.
La elección de un hombre depende de los huracanes que en su interior se gestan. Hay huracanes suaves y hay huracanes con personalidad de terremoto que lo destruyen todo. En el medio no hay nada, nada,nada ,nada …y nada no es vacío sino NADA.
No se roben mi ilusión que yo la elijo siempre, por ser ella, la que me saca de la putrefacción del mundo. Por ser ella la que me lleva allí donde una brisa negra y de textura rugosa me anestesia el alma.
Mis tímpanos cansados del silencio comienzan a cantar, mi lengua me mira muy asustada, mis ojos aterciopelados despiden un aroma a luz que mi tacto confunde con un beso azul.
Hermosa imaginación que quiere abarcarlo todo, pensamiento inútil que se detiene a indagar sobre por qué la música penetra tan hondo.
No quiero que me reconozcan como una silueta humanoide de complejas casualidades, quiero ser un manojo, una maraña, un puñado de polvo cósmico queriendo volver a ser estrella en el cosmos, quiero ser solo un brillo lejano, un silencio de estrella…tan difícil es entenderlo.
No me quiten mi ilusión intoxicada, mi delirio de ser un astro en el cielo nocturno de tus noches…No me maten!!

miércoles, 13 de noviembre de 2013

De oscuridad, sombras y lunas opacas.

Todos quieren su pedacito de eternidad, un instante que comprenda todos los instantes, algo que sea lo todo.
Es tan fácil ceder espacio, tan difícil no tentarse.
Venenos que son exquisitos, sabores dulces de una vida miserable.
Tengo ganas de infiernos diversos, de abandonar los cielos comunes de la comodidad.
Quiero incendiarme, vivir sin planear el mañana, ir instante por instante, minuto a minuto, dejar que todo fluya y que sea lo que la casualidad, el azar o esa cosa que llaman suerte quiera que sea.
Voy al compas del tic tac, bailando en el presente, tambaleándose mi corazón en este esqueleto frágil de huesos débiles, corroídos por la rutina, carcomidos por el no poder ser.
Vomitando melancolías de solitarias tardes donde la única y puta compañía es una pantalla de binarias codificaciones que el hombre artificial ha creado para desenchufarse del mundo.
Alas, ¿donde encuentro esas alas necesarias que me manden a volar?
¿Donde están? ¿Quien las vende? ¿Quién es el que guarda celosamente ese tesoro?
Noches y más noches, oscuridad que engendra solo sombras y lunas opacas, estrellas que se cansaron de brillar.
No hay nubes en este cielo, esta tan clara esta oscuridad, esta tan definidamente definido mi destino.
Me da miedo ya no tener miedo, me da miedo ya no poder temblar. Me asusta tanto la idea de seguir viviendo en estas sombras.

martes, 12 de noviembre de 2013

Gigantescamente hermosa

Nosotros, tan extremadamente pequeños y frágiles pero con el talento de destruirlo todo. Ella, tan extremadamente grande, tan victima de nosotros, tan gigantescamente hermosa.