domingo, 27 de enero de 2013

Reflexiones poéticas


Los hombres están llenos de poesía y todas las cosas que lo rodean también, el escribir poesía sucede por eso, porque es inevitable.
Siempre que abunden los estímulos con los cuales nuestro corazón se conmueva habrá poesía, entonces una pincelada llena de color aparecerá queriendo pintar tu mundo, luego aprendes a tomar prestado del silencio su reflexiva belleza, a hablar intensamente con tus soledades y sacar de ellas su capacidad de crear.
Y es así como la poesía y los poetas crean planetas, es así como los poetas se transforman en dioses llenos de luz y oscuridad.
Las palabras calladas hacen mucho ruido en la hoja, suenan rugiendo fuerte los versos, dicen mucho de vos y del mundo y hablan tendidamente de lo que sucede allí: en el adentro, en el afuera, en todas partes.
Frases que fracturan cerebros, palabras que rompen estructuras, letras derribando tenebrosos silencios y vacíos; todo eso y mas sucede en un poema.
Adjetivos y verbos jugando a decir sentimientos, palabras que juegan a imaginar.
Sueños fragmentados  y pedazos de realidad en un universo que estalla y sucede en un segundo. La eficacia de las letras para describir algo tan tangible como el peso y la angustia del alma, como la abstracción de los latidos, como el por qué de lo dulce de una lagrima, de lo salado de la vida.

lunes, 21 de enero de 2013

Llorar por dentro


Me asusta mucho mi forma enredada de entenderme, me inquietan demasiado mis deformadas maneras de pensar, sufro con los recuerdos de mi niñez, me entra la angustia del tiempo, me habitan miles de soledades, me invade el silencio y me siento triste. Es una tristeza que apenas llega a ser un pequeño dolor, un dolor que no llega a ser lágrimas, pero yo sé que estoy llorando por dentro.

lunes, 7 de enero de 2013

En ese constante pudrir de la vida


Infinitamente tu distancia me golpea…  y con cada golpe despierta más silencio.
Con cada caricia, con cada mirada, con cada sonrisa, con cada beso  que no estoy dando  mi amor se pudre.
Y cuando las cosas caen en el silencio y en la soledad mi alma se encarcela, no tiene donde ir y también se pudre.
Y en ese constante pudrir de la vida mis sueños comienzan a apestar, descomponiéndome, hundiéndome en la inmoralidad permanente.
Y entre tibias brisas de clima artificial mi naturalidad se pierde y comienzo a ser otro.
Caigo en lo común y en la vacuidad de las cosas, ya no me llena de palabras un libro, ya no me cantan las canciones, me aburre la diversión y soy lo que no quiero ser: un ser lleno de vacíos, inundado de lágrimas, acompañado de silencios y soledades.