Simplemente no soy de este mundo... yo
habito con frenesí la luna. No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra
ajena, agresiva... no puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no
sé hablar como todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde no
es, de los encuentros con nadie... ¿qué haré cuando me sumerja en mis
fantásticos sueños y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener que
suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré siquiera que hay un “saber
volver”. No lo querré acaso.

Ale, mi Ale. La amo.
ResponderEliminar