domingo, 27 de febrero de 2022

El mundo que no entra en el mundo

Mi mundo no entra en el mundo, orbito la realidad a una distancia segura.
Siempre bien lejitos de la normalidad por el temor de ser un ladrillo más en la pared.
Pero cada tanto caigo en la trampa, quiero perderme en el nosotros y ser idiotamente parte del conjunto.
El planeta gira incesante e indetenible, la vida y la muerte hacen lo suyo.
El humano se piensa importante, inventa dioses y mitologías mientras el universo le estalla ante sus ojos.
Y mientras tanto la música de la poesía me cobija en el desorden y quiero naufragar en el misterio y quiero sentir la brisa cálida de lo incomunicable.