martes, 27 de octubre de 2020

Tendencia aérea y animal

Mi tendencia aérea repele a mi tendencia terrestre, quiero siempre estar en las nubes, no quiero saber nada del laburo, de pagar servicios básicos y de comprar comida para la pueril existencia vital.
Harto del primate miserable, de la neurona y el sistema nervioso central, quiero ser la pluma, el ala y sobre todo el pájaro.
Mi tendencia aérea quiere ser partícula flotando, mota de polvo danzando en la luz y hasta me animo a ser la insoportable pelusita de álamo en primavera.
Cansado del estresante humano, de la psiquis y todo el quilombito personal-mental. Quiero ser la pura bestia y su animalidad cruda, si es posible pura carne, puro hueso y anatomía funcional.

Modo off

En mi mente, de boludito iluso, suceden un millón de planteos y alternativas, desvíos de todo tipo, caminos aun no caminados y tremendamente anhelados. De toda la maraña confusa surge algo claro, nunca sé que opción tomar, qué camino seguir. Soy el campeón de la duda en la copa mundial de la inseguridad.
Mi modo de estar en el mundo es un modo apagado, no es como estar muerto, es como estar dormido, fuera de función, literalmente apagado, como un televisor, pero como un televisor apagado. Como si alguien me hubiera configurado para permanecer en ese modo sin la capacidad de encenderme, encenderme en el sentido de ponerme a funcionar o encenderme en el sentido de poner a quemar mi combustible personal. En fin, todo este lio es para decir que mi vida no arranca.