domingo, 31 de julio de 2011

Las estrellas, los viajes y yo.

Déjame con mi locura extraña y quédate vos con tu vulgaridad común.
Voy al patio de mi casa a mirar las estrellas, pues aunque no lo creas el firmamento es mío.
La libertad esta fundida en su inmensidad y solo soy yo cayendo hacia ella.
Y cuando los cometas terminen su eterno recorrido volveré por vos y seguiremos nuestra discusión.
Hay una música que siempre despierta mi corazón: es el susurro de las estrellas fugaces, la agonía de su luz y los chispazos efímeros de tu felicidad se parecen mucho a ellas.
Quiero recorrer junto a vos mi viaje mas largo, quiero ser la velocidad que le marque los pases a tu corazón. Necesito tus latidos y toda tú sangre, un cuerpo nuevo lleno de magia, lleno de vida, lleno de venas serpenteantes por donde circular alocadamente.
Después solo queda soñar y guardar los recuerdos en un rincón, allí donde duermen todos tus deseos, todos tus miedos, todas tus ansiedades.